Caficultores enfrentan dificultades a pesar de ligero repunte en valores del café.
En medio de la reciente alza del precio del café por arroba, alcanzando los 180.000 pesos, los productores del departamento expresan su inquietud ante la persistente crisis desencadenada por los elevados costos de los insumos. Raúl Hurtado, caficultor de Belén de Umbría, compartió su preocupación, recordando que hace apenas dos años, la arroba de café llegaba a los 300.000 pesos.
«Hace dos años, el precio del café estaba tan alto que, aunque ahora suba un poco, aún estamos perdiendo dinero», explicó Hurtado. Señaló que la situación se agrava por la incertidumbre relacionada con las heladas previstas en Brasil entre junio y julio, que podrían afectar aún más los precios.
Además, mencionó el conflicto entre Germán Bahamón, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, y el presidente Gustavo Petro, agregando que «si Petro no ayuda a los caficultores a través de la federación, nos veremos afectados todos». Con más de medio millón de familias caficultoras en Colombia, la estabilidad del sector es fundamental para la economía rural.
El café no solo es un cultivo vital para la economía colombiana, sino también un importante generador de empleo en las zonas rurales. Sin embargo, los bajos precios podrían obligar a reducir la contratación de recolectores y trabajadores, lo que tendría un impacto significativo en las comunidades locales.
A pesar de la incertidumbre, los caficultores mantienen la esperanza de una recuperación en los precios del café, pero advierten sobre la urgencia de encontrar soluciones a largo plazo para garantizar la sostenibilidad del sector en el país.