[Editorial]Jornada de protestas en Colombia

Ayer  21 de abril Colombia vivió una nueva jornada de protestas en contra del Gobierno del presidente Gustavo Petro. Indiscutiblemente esta fue una clara demostración que aún en Colombia vivimos en un país democrático, las masivas marchas de ayer en Barranquilla y otras ciudades importantes de nuestro país así lo demostraron.

Esas concurridas concentraciones no significan que los colombianos no aspiran a una mejor salud o que no aspiran contar con un mejor sistema pensional; lo que se está  expresando masivamente en las calles es que no están de acuerdo con el tipo de reformas que el actual Gobierno quiere implementar, por la manera como se aspira que el Congreso las trámite.

Como se recordará, cuando el presidente Gustavo Petro pertenecía a la oposición en su calidad de Senador de la República, reclamaba para que el Presidente de la época  escuchara a los promotores de las marchas en las calles promovidas por él, por lo que parece contradictorio que el señor Presidente actual hoy en día no escuche a los marchantes de ayer, contrario a lo que le exigía al mandatario anterior.

Por eso resulta difícil de concebir que el señor Presidente se haga el sordo ante los colombianos que se expresan en las calles, contrario a lo que le exigía al pasado presidente Duque; hoy en día y más que todo en el ejercicio multitudinario de ayer sería importante para que se consolide un cambio favorable a las comunidades que esperan solución a sus problemas, es menester que el presidente escuche a las gentes que se reunieron en las marchas y se sentara con los sectores que le están implorando que quieren otras reformas convocantes mas consensuadas y menos radicales en materia ideológica. 

​Si eso se lograra, que todos los sectores de Colombia se bajaran del ring, funcionaría pero siempre y cuando el presidente Petro escuche a la gente, que se convoque a la calle como ayer, se quite los guantes y se llegue a un entendimiento.

Esto podría ser un punto de reflexión para lo que queda de su Gobierno en el que la faltan dos años, incluso algunos ya estarán pensando en la campaña venidera para escoger al nuevo presidente en el año 2026.

​No creemos que la marcha de ayer tenga que ver con los partidos políticos, porque todavía se puede decir que sería un rebaño buscando a un pastor, esto teniendo en cuenta que aún no se aprecia un líder que se haya encargado de convocar a esa gran multitud de ayer en varias ciudades, por lo que podemos asegurar que esta no fue otra cosa que una gran demostración de la vocación democrática del pueblo colombiano, por lo que se puede decir que todavía no aparece un contendor para nadie en materia política.

Ya se escuchó a la doctora Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República –Dapre– en días pasados que ella pedía que se bajaran del ring y que oyera a la ciudadanía y que el Presidente debería escuchar con detenimiento las peticiones de los colombianos, que se sentara con los sectores que quieren otras reformas más convocantes, más consensuadas y menos radicales.

Así mismo dejó claro su concepto en el sentido de que la jornada de ayer será una fecha que deberá ser tenida en cuenta por el actual Gobierno, así como sería conveniente afrontar con reflexión y aceptarla como una autocrítica.