POR: YIRLEIS POLANCO
La Ley General de educación de 1994 es fundamental para el sistema educativo colombiano, en tal sentido, el experto en el estudio de esta norma, Reynaldo Mora, destaca su enfoque en la formación, la construcción de conceptos complejos y su conexión con los objetivos del sistema educativo. No obstante, lanza una crítica a la, intervención excesiva del Ministerio de Educación en los procesos curriculares, que limitan la autonomía escolar y la contextualización de las instituciones educativas.
Este investigador respalda la necesidad de repensar un nuevo Código de la Educación para abordar los desafíos actuales, y a su vez promover diálogos curriculares regionales que reflejen las necesidades y realidades locales. En pocas palabras, deja ver su posición crítica con respecto a la falta de cumplimiento de los ideales de esta ley, al mismo tiempo que aboga hacia una mayor autonomía.
De igual manera, plantea respecto a la misma ley, que, esta es una norma de suma importancia, la cual refleja grandes temas y problemas filosóficos, especialmente en lo pertinente a la identidad cultural y la formación integral de los ciudadanos, sin embargo, critica la falta de contextualización de las tensiones sociales como también la ambición de la Comunidad Educativa para conectar los Fines de la Educación con la formación integral.
Señala que la ley se debate entre su ideal y la realidad, especialmente, en lo que respecta a la calidad de la educación y la estandarización de las pruebas estatales, que de igual manera es criticada por la falta de enfrentamiento a problemas, tales como la corrupción, desde el ámbito educativo. Propone una revisión y resignificación de la norma, especialmente en relación al currículo, al momento de abordar los problemas locales y conectar la escuela con la vida cotidiana.
El curriculista Mora aboga por una reconfiguración de la garantía autonómica escolar que, también promueva la conexión profunda con el contexto social, buscando de esta manera responder a las necesidades de la sociedad, llevándolo a proponer a su vez reformas que promuevan una educación mas contextualizada y sensible a las realidades sociales y culturales.
Este catedrático plantea que la Ley General de Educación ha establecido una tradición participativa en cuanto a la democracia y los valores constitucionales en el ámbito educativo colombiano. Es destacada la importancia de la participación como piedra angular de la normativa, promoviendo la formación de buenos ciudadanos a través de la participación activa de la comunidad educativa. Además, hace énfasis en la necesidad de que el currículo aborde dilemas éticos y promueva la reflexión en cuanto a temas universales como la paz y la justicia.
Propone una Ley Estatutaria de la Educación que profundice en la participación democrática, la formación integral y la reflexión ética en el aula, con el objetivo de modernizar el sistema educativo colombiano y promover una sociedad mas ética y responsable. En resumidas cuentas, intercede por una educación que forme ciudadanos comprometidos y reflexivos, y ve en la nueva ley una oportunidad para promover una regeneración ética de la sociedad colombiana.
Para concluir, tres espacios abordados anteriormente, nos dejan ver la perspectiva crítica y reflexiva, destacando la importancia de esta normativa como un marco fundamental en el sistema educativo colombiano, delineando sus objetivos y principios rectores. Debe reconocerse la intención de formar buenos ciudadanos, pero haciendo una critica a la falta de contextualización y la influencia negativa del Ministerio de Educación en los procesos curriculares debido al irrespeto por la autonomía escolar, lo que ha llevado a una homogeneización y estandarización que no cumplen con los verdaderos propósitos de la ley.
Abogamos por una revisión y actualización de la ley para adaptarse a los desafíos y realidades actuales, proponiendo la necesidad de un nuevo Código de Educación, destacando la importancia de la participación democrática en la comunidad educativa y la necesidad de abordar dilemas éticos en el currículo para formar ciudadanos conscientes y responsables. Por último, se debe proponer una nueva normativa educativa que refleje los valores constitucionales y promueva una educación integral y ética, donde el maestro sea un artista y formador comprometido con el desarrollo integral de los estudiantes. Este texto hace parte del importante ejercicio de abordar los 30 años de la Ley general de educación desde los Talleres de Lectura y Escritura en Procesos Curriculares en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico (I-2024). Debemos resaltar el papel de divulgador por excelencia del periódico La Libertad en esta conmemoración de los 30 años de esta norma. Este diario ha dado a conocer las reflexiones de los futuros docentes de la Universidad del Atlántico.