Las precipitaciones extremas paralizan la ciudad, inundan el aeropuerto y desafían su infraestructura moderna.
Dubái, conocida por su resplandeciente arquitectura y avances tecnológicos, se vio sumida en el caos el martes tras enfrentar una avalancha de lluvia que normalmente se acumula en un año entero en tan solo 12 horas. La magnitud del evento dejó a la ciudad paralizada, con el Aeropuerto Internacional de Dubái, recientemente clasificado como el segundo más ocupado del mundo, transformado momentáneamente en ríos improvisados, obligando a la suspensión de las operaciones.
Según las mediciones meteorológicas llevadas a cabo en el aeropuerto, se registraron aproximadamente 100 mm (4 pulgadas) de precipitación, desencadenando una paralización que duró casi media hora en las actividades aeroportuarias y generando perturbaciones significativas que persistieron durante todo el día. «Las operaciones siguen siendo significativamente perturbadas», comunicó un portavoz del aeropuerto en un comunicado oficial.
Impactantes vídeos compartidos en redes sociales mostraron aviones comerciales luchando por navegar a través de las inundaciones mientras el agua azotaba violentamente las pistas. Estas imágenes testimonian la severidad del fenómeno, el cual también afectó las principales arterias de la ciudad, convirtiéndolas en cauces de agua impetuosos.
La situación llegó a ser tan crítica que muchos conductores se vieron obligados a abandonar sus vehículos debido al rápido aumento del nivel del agua. Fotografías compartidas en plataformas digitales revelaron cómo el agua penetraba en la planta baja de hogares y centros comerciales, dejando atrapados a numerosos residentes y visitantes.
El origen de estas inusuales precipitaciones se atribuye a un sistema de tormentas que atraviesa la Península Arábiga y que también está afectando a Omán y al sureste de Irán con un clima inusualmente húmedo para la región. Aunque se prevé que la intensidad de la lluvia disminuya hacia el martes por la noche, los pronósticos sugieren que podrían persistir lluvias ligeras durante el miércoles, antes de que las condiciones comiencen a mejorar.
Las autoridades de Dubái, en colaboración con equipos de emergencia y rescate, están trabajando incansablemente para gestionar las secuelas de este evento sin precedentes. Se han establecido refugios temporales y se está distribuyendo ayuda a los afectados. Además, se han emitido advertencias para que los ciudadanos eviten desplazamientos innecesarios y sigan las actualizaciones oficiales.
Este fenómeno climático extremo ha puesto a prueba la infraestructura de Dubái, famosa por su modernidad y capacidad para hacer frente a desafíos naturales. Sin embargo, la magnitud de las lluvias y las inundaciones ha resaltado la vulnerabilidad incluso de las ciudades más preparadas ante fenómenos meteorológicos intensos y poco comunes.
La comunidad científica y meteorológica está analizando este evento para comprender mejor las dinámicas que llevaron a una tormenta de tal magnitud. Este análisis es crucial no solo para la recuperación de la ciudad, sino también para mejorar los modelos predictivos y las estrategias de respuesta ante futuros eventos extremos, que podrían verse influenciados por el cambio climático global.