El 15 de abril de 1989 Fidel Bassa noqueó al retador Julio Gudiño

Billy Chams en otra de sus inolvidables jornadas como manejador de boxeadores, en el Salón Jumbo del Country Club de Barranquilla. Un combate de verdad emocionante

Por PepeComenta

El fragoroso y trepidante último asalto del combate

La sexta defensa del título mundial mosca de la AMB de Fidel Bassa -celebrada la noche del 15 de abril de 1989 en el salón Jumbo del Country Club de Barranquilla frente al retador panameño, Julio Gudiño- fue uno de los combates de boxeo más violentos y vibrantes que se haya visto en Colombia.

Lo había anticipado desde su llegada a Barranquilla el español, Manuel Pérez Barreiro -el manejador de Gudiño- quien afirmó que su dirigido ganaría de manera rápida y por nocaut.

Todos sabemos que Bassa es un gran peleador, pero tiene flojas las rodillas. Debe ser alguna lesión vieja y por eso se cae tanto en los combates, como se ha demostrado a lo largo de sus defensas- dijo el manejador.

Al mismo tiempo, indicó que el pegador había sido advertido para que no hablase mucho sobre el tema, pues la idea no era que se hiciera odiar en Barranquilla y que ya habían elaborado un plan de combate.

-Gudiño va a atender a toda la prensa sin restricciones, pero no queremos que ocurra lo que pasó con Hilario Zapata cuando vino aquí, que se hizo odiar por el público por hablar demasiado- Además, nosotros hemos adelantado ya un plan de trabajo para la pelea- agregó el apoderado español.

Cuando conoció estas declaraciones, el entrenador del campeón Fidel Bassa, el panameño Ramón «Curro» Dossman-
sonrió y se permitió hacer una broma en relación con Pérez Barreiro.

-Eso es lo que cree el Baturro -dijo el adiestrador- pero se va a llevar una sorpresa. Los uppercuts de Fidel van a destrozar a Gudiño.

Dossman se rió al utilizar el término Baturro, que si bien en España se aplica a los nacidos en Aragón,  en Cebntroamérica -en especial en Panamá y Ciudad de México- tenía en esa época la connotación de persona torpe y rústica.

-Es una forma de burla. Así se le dice a la persona burda y rústica, lo que ustedes llaman corronchos- agregó el adiestrador panameño.

Pérez Barreiro creía en el triunfo, pero no se confiaba y le preguntó al apoderado de Bassa -el empresario barranquillero Billy Chams-  si había un gimnasio donde su dirigido pudiera entrenar en un gimnasio menos concurrido que los de la firma Cuadrilátero.

-La verdad es que tengo un trabajo muy especial con Gudiño y no quiero que se distraiga. Hay que salir a atacar a Bassa desde el primer minuto y pelear cuerpo a cuerpo con él, para tratar de explotar rápido esas debilidades de sus rodillas. Y sabemos que sufrió una lesión hace poco y eso lo vamos a explotar. Siempre hacia adelante desde el primer minuto- le dijo a los periodistas

-¡Pobre Gudiño! Si esa es de verdad su estrategia, Bassa le va a destrozar la cara con el uppercut. Al retador le hacen daño esos golpes que vienen desde abajo y eso lo hemos trabajado bastante. De manera que si Gudiño arranca de esa manera, el combate no llega al límite. Bassa lo noquea- dijo Dossman al conocer las declaraciones de Pérez Barreiro.

Y de verdad que la pelea fue así, brutal, violenta y como dijo Dossman, breve. En el segundo asalto ya el campeón sangraba por una herida producto de un cabezazo en la zona occipital, pero el retador ya había sido impactado por fortísimos uppers que lo hicieron retroceder en tres oportunidades.

El tercer round fue también duro para ambos y se pensó que Gudiño caería pero logró reponerse, y lo mismo en el cuarto. No había tregua y ambos boxeadores estaban decididos a noquear.

En el quinto asalto, los rostros de ambos peleadores mostraban huellas de la confrontación, pero al terminar el mismo, Gudiño casi visita la lona. Lo salvó la campana, pero ya se presentía el final.

Promediando la sexta vuelta, Bassa cazó a su adversario con otro fortísimo upper de derecha en plena mandíbula y Gudiño dobló las rodillas aunque las cuerdas evitaron que cayera a la lona. El campeón se le fue encima con otra andanada de golpes, por lo que el árbitro venezolano Isidro Rodríguez, decidió detener el combate.

-Yo les había advertido lo que pasaría si Gudiño salía a atacar. Bassa lo iba a destrozar con el uppercut- dijo al final de la confrontación.

Los asistentes aquella noche al Salón Jumbo del Country Club le tributaron una enorme ovación a ambos púgiles, por la manera cómo se entregaron al combate.