Despliegue militar estadounidense responde al aumento de la tensión regional, alimentada por recientes incidentes y amenazas.
En medio de la creciente tensión entre Irán e Israel, tropas estadounidenses se dirigen hacia Medio Oriente, marcando un nuevo capítulo en un conflicto que ha escalado en los últimos meses, principalmente con el enfrentamiento entre el ejército israelí y Hamás en la Franja de Gaza.
El temor a una escalada regional se ha intensificado tras la promesa de Irán de responder al bombardeo contra su consulado en Damasco el 1 de abril, atribuido a Israel. Además, la reciente interceptación de un portacontenedores por parte de Irán en el Golfo ha exacerbado aún más la situación.
Ante este panorama, el ejército israelí ha advertido a Irán que «sufrirá las consecuencias» de cualquier escalada, mientras que Estados Unidos refuerza su presencia en la región para proteger sus intereses. El presidente Joe Biden considera las amenazas de un ataque iraní «creíbles» y advierte sobre la posibilidad de una agresión «más pronto que tarde».
La preocupación internacional se refleja en las advertencias de varios países, incluidos Francia, Alemania y Estados Unidos, a sus ciudadanos para evitar viajar a Irán, mientras que la aerolínea Lufthansa suspende sus vuelos a Teherán.
Estas tensiones se producen en un momento crucial, mientras se espera una respuesta a la propuesta de tregua en Gaza presentada por Catar, Egipto y Estados Unidos, que también incluiría la liberación de rehenes.
El conflicto en Gaza ha dejado miles de muertos y heridos, así como una crisis humanitaria en el territorio palestino. Además, la violencia en la Cisjordania ocupada agrega preocupación, con ataques de colonos que han dejado al menos un palestino muerto y decenas de heridos.
El bombardeo de posiciones de Hezbolá en el sur de Líbano por parte de Israel en respuesta a ataques del grupo plantea preocupaciones sobre una escalada más amplia en la región, con grupos respaldados por Irán en Yemen y Siria.
En este contexto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrenta presiones tanto internas como externas por la crisis humanitaria en Gaza y la seguridad de los rehenes.