LA IMPORTANCIA DEL CURRÍCULO EN LA EDUCACIÓN ACTUAL 

POR: CARLOS DAVID BARRANCO ARDILA  

La educación es uno de los pilares fundamentales en la construcción de una sociedad próspera y justa. En este contexto, el currículo emerge como un elemento clave que moldea el proceso educativo y determina el desarrollo integral de los estudiantes. La Ley 115 de 1994 en Colombia, también conocida como Ley General de Educación, ha puesto un énfasis significativo en la importancia del currículo como herramienta para la formación de buenos ciudadanos y el fortalecimiento de los valores democráticos.

La participación democrática en la educación, como lo establece la Ley 115, es un principio fundamental que se refleja en el diseño y la implementación del currículo escolar. 

La ley promueve activamente la participación de la comunidad educativa en la toma de decisiones, reconociendo que la construcción del currículo debe ser un proceso inclusivo que refleja las necesidades y realidades de todos los actores involucrados en el ámbito educativo.

En este sentido, el currículo escolar no solo se limita a la transmisión de conocimientos académicos, sino que también aborda dilemas éticos y promueve el pensamiento crítico y reflexivo sobre valores fundamentales para la convivencia democrática. Este enfoque integrador y participativo del currículo contribuye a la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con su entorno social y político.

Además, el currículo juega un papel crucial en la modernización del sistema educativo y en la adaptación a los cambios sociales y tecnológicos. La sociedad contemporánea demanda habilidades y competencias diversas, y el currículo debe ser flexible y dinámico para responder a estas necesidades emergentes. 

La Ley Estatutaria de la Educación en Colombia, en proceso legislativo, busca incorporar una cosmovisión que refleje la diversidad y complejidad de la sociedad colombiana, promoviendo la adquisición de conocimientos y experiencias relevantes para la formación integral de los estudiantes.

Es importante destacar que el currículo no solo se centra en el contenido académico, sino que también enfatiza el arte de enseñar como una forma de vida buena. Los maestros, concebidos como artistas, tienen la tarea de crear nuevas formas de enseñanza que fomenten la reflexión, la creatividad y la relación personal con los estudiantes. Esta visión del currículo como una herramienta para la formación integral resalta la importancia de la educación emocional y socioafectiva en el desarrollo de los estudiantes.

Sin embargo, a pesar de los ideales y objetivos ambiciosos establecidos en la Ley 115 de 1994, existen desafíos significativos en la implementación efectiva del currículo. La intervención del Ministerio de Educación y la falta de autonomía escolar han limitado la capacidad de las instituciones educativas para adaptar el currículo a sus contextos locales y abordar problemas sociales relevantes.

En este sentido, es fundamental resignificar la Ley 115 de 1994 y promover una educación más conectada con la realidad social. 

La nueva propuesta de Código Estatutario de la Educación debe abordar estos desafíos, fortaleciendo la autonomía escolar y promoviendo el diálogo curricular a nivel local y regional. La inclusión de elementos culturales y sociales en el currículo escolar garantiza una educación más relevante y significativa para los estudiantes, preparándolos para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

El currículo escolar, como documento guía del proceso educativo, no solo se limita a la transmisión de conocimientos académicos, sino que también aborda aspectos fundamentales como la ética, la ciudadanía y el pensamiento crítico. En consonancia con los principios democráticos establecidos en la Ley 115 de 1994 en Colombia, el currículo se convierte en un espacio donde se promueve la participación activa de la comunidad educativa en la toma de decisiones. 

Esta participación democrática no solo garantiza la representatividad de diversos sectores de la sociedad en la configuración del currículo, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y responsabilidad de todos los actores involucrados en el proceso educativo.

Además, el currículo se presenta como una herramienta dinámica y adaptable que responde a los cambios sociales, culturales y tecnológicos. En un mundo en constante transformación, es fundamental que el currículo se actualice y se ajuste continuamente para satisfacer las necesidades y demandas emergentes de la sociedad. La Ley Estatutaria de la Educación en Colombia, en proceso legislativo, busca precisamente incorporar una visión inclusiva y contextualizada del currículo, que refleje la diversidad y complejidad de la sociedad colombiana. Esta perspectiva permite que el currículo se convierta en un espacio de encuentro y diálogo intercultural, donde se valoran y respetan las distintas identidades y expresiones culturales de los estudiantes.

Sin embargo, a pesar de los avances y los ideales establecidos en la Ley 115 de 1994, existen desafíos significativos en la implementación efectiva del currículo. 

La intervención excesiva del Ministerio de Educación y la falta de autonomía escolar pueden obstaculizar la capacidad de las instituciones educativas para adaptar el currículo a sus contextos locales y abordar problemas sociales relevantes. Es necesario, por tanto, promover una cultura de autonomía escolar que permita a los docentes y directivos escolares tomar decisiones informadas y contextualizadas sobre el diseño y la implementación del currículo. Este texto hace parte del Taller de Lectura y Escritura en Procesos Curriculares en las licenciaturas de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad, que tienen como objetivo principal, desarrollar y fortalecer esas habilidades lectoras y escriturales en los futuros docentes (I-2024).