La falta de garantía judicial para la defensa de la democracia

Por: Álvaro Cotes Córdoba.

El día en que se robaron la Alcaldía de Santa Marta, ante las narices de todo el mundo y frente a la misma Justicia y propio pueblo que, sorprendido, tuvo que resignarse a ver cómo le daban la credencial de Alcalde a quien no eligieron, ese día, supe que el país todavía no tiene cómo enfrentar rápido los actos de pillajes contra la democracia.

Tan cierto es que, la Corte Constitucional, seis meses después, apenas empezó a decretar las pruebas en el contexto procesal de revisión de la tutela que le reconoció su derecho al electo Alcalde, pero que después no fue reconocido como tal por una comisión administrativa, cuando un fallo de segunda instancia desestimó el derecho fundamental otorgado al elegido por un juez de la República.

Lastimosamente, las consecuencias por la falta de esa garantía judicial, han empezado a verse injustamente en contra de una ciudad que había dejado de soportar los pésimos gobernantes que la postraron por más de 100 años al atraso, mientras otras de menos edad y vecinas, avanzaron. Y si bien es cierto que cada pueblo se merece el gobernante que elige, en esta ocasión, fue lo contrario, por cuanto quien está no fue el elegido mayoritariamente por el pueblo.

Ahora la más antigua ciudad de Colombia, a un año de cumplir sus 500 años, llegará a ese muy esperado onomástico, pues se trata de la primera que lo va a lograr, con el gobernante que nunca eligió, metido en un limbo jurídico, una cabeza llena de preocupaciones por pagar y una situación tan complicada y enredada, como el primer día que llegó a la puerta principal del palacio municipal, en que la bandera azul cielo y blanca de la urbe dos veces Santa, se le enredó mientras la enarbolaba, en un gesto inequívoco de un triunfo antidemocrático e ilegítimo.

¡Macondo sigue vivo!


Álvaro Cotes Córdoba
Santa Marta, 9 de abril de 2024