Recientemente, las mujeres congresistas del Pacto Histórico se pronunciaron y alzaron su voz en rechazo de los ataques machistas, la violencia política y de género que se vienen presentando en el Congreso de la República, especialmente se refirieron al episodio en el que el congresista del Centro Democrático Honorio Henríquez calificó de payasa a la presidenta de la Comisión Séptima del Senado Martha Peralta.
“El Congreso de la República se ha convertido en un espacio hostil para las mujeres. Los casos de violencia política se siguen presentando y continúan en aumento”, señalaron.
Según lo explicaron durante la sesión del 3 de abril de la Comisión Séptima del Senado de la República, en la que se debatía el proyecto de la reforma a la salud, el senador Honorio Henríquez del Centro Democrático insultó a la senadora Martha Peralta llamándola «payasa», al parecer porque le incomodó que la senadora ejerciera sus facultades como presidenta de la Comisión, “ejerciendo violencia política y de género sobre la congresista”.
De acuerdo con la bancada, posteriormente la senadora recibió cientos de mensajes de apoyo y solidaridad de diferentes personalidades políticas y de la ciudadanía. Sin embargo, también se generó una ola de ataques personales racistas y machistas sobre su imagen, representativa de la cultura indígena Wayúu.
Sumado a ello, recordaron que del mismo modo, la senadora y vicepresidenta del Senado, María José Pizarro, ha sido víctima constantemente de agresiones e irrespetos por parte del senador JP Hernández desde hace más de un año, hechos que se han venido incrementando y que ya fueron puestos en conocimiento de la Comisión de Ética del Legislativo.
Por lo anterior, decidieron alzar su voz frente a estos hechos, ya que muchas han sido víctimas de acciones machistas que consideraron obedecen a la condición de clase, denunciando y rechazando los casos de violencia política y de género que se traducen en armas politicas, cosificación de las mujeres, sexualización y revictimización.
Precisaron que el objetivo es generar en el Legislativo las garantías necesarias para el ejercicio democrático de las mujeres congresistas y aplicar sanciones contra quienes ejerzan violencia política y de género.
En ese sentido, anotaron que a lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado ataques laborales basados en su imagen, estética y decisiones personales, factores que no guardan relación con su profesionalismo ni su desempeño laboral. “Estos ataques solo las reducen y minimizan injustamente”, detallaron.
Finamente, aseguraron que el Congreso de la República y el país no pueden ser indiferentes a los ataques sistemáticos y de violencia política que se siguen presentando en el Legislativo, que afectan la labor de lideresas políticas replicando la cultura machista de la cual son víctimas todas las colombianas.