En la ciudad de Santa Marta, se ha identificado una problemática que afecta tanto a los visitantes como a los trabajadores del sector turístico. Organizaciones paramilitares, entre las que se encuentran las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada y el Clan del Golfo, estarían imponiendo tarifas exorbitantes a los turistas.
De acuerdo con una investigación de un medio de comunicación local, estos grupos armados estarían forzando a los operadores turísticos a incrementar sus precios. Los afectados incluyen a propietarios de embarcaciones, vendedores de carpas, guías y propietarios de alojamientos turísticos.
Los testimonios recogidos indican que los trabajadores del sector son objeto de amenazas letales si se resisten a cumplir con las demandas financieras de estas organizaciones ilegales. Según se informa, los miembros de esta red de extorsión se presentan en los establecimientos turísticos para hacer efectivas sus demandas.

Además, se ha reportado la presencia de estos individuos en áreas populares como el Rodadero, donde intimidan a los proveedores de servicios turísticos. Los informes sugieren que aquellos que se resisten a someterse a estas demandas pueden enfrentar consecuencias fatales.
Estos grupos armados estarían forzando a los comerciantes a incrementar sus precios, afectando así a los turistas que visitan la región. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de medidas de seguridad más efectivas para proteger tanto a los visitantes como a los trabajadores del sector turístico en Santa Marta.

Estos grupos, que operan en las sombras, están imponiendo tarifas exorbitantes a los turistas. Los operadores turísticos, incluyendo propietarios de embarcaciones, vendedores de carpas, guías y propietarios de alojamientos turísticos, se ven obligados a incrementar sus precios bajo la amenaza de violencia.
Los testimonios recogidos revelan un patrón preocupante. Los trabajadores del sector turístico son amenazados si se resisten a cumplir con las demandas financieras de estos grupos. En algunos casos, los miembros de la red de extorsión se presentan en los establecimientos turísticos para hacer efectivas sus demandas.
Además, se ha reportado la presencia de estos individuos en áreas populares como el Rodadero, donde intimidan a los proveedores de servicios turísticos. Aquellos que se resisten a someterse a estas demandas pueden enfrentar consecuencias fatales.
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de medidas de seguridad más efectivas para proteger tanto a los visitantes como a los trabajadores del sector turístico en Santa Marta. La presencia de estos grupos armados y sus actividades ilegales están afectando la economía local y la reputación de Santa Marta como destino turístico.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas para abordar esta problemática y garantizar la seguridad de todos los que visitan y trabajan en Santa Marta. La ciudad y su gente merecen vivir y trabajar en un ambiente seguro y libre de intimidación y violencia. La belleza y la hospitalidad de Santa Marta no deben verse empañadas por la sombra del paramilitarismo.