Roberto “El Flaco” Meléndez, calificado por muchos historiadores y periodistas de la época como el más grande futbolista del país, era todo un ídolo nacional
Nota de Ahmed Aguirre Acuña, especial para pepecomenta.com
En el libro “Roberto “Flaco” Meléndez, de autoría de sus hijos Rafael y Sor Margarita Meléndez Hernández, un breve compendio de la vida y obra de quien se ha dicho por muchos años ha sido el mejor futbolista de Colombia, encontramos una reseña biográfica de Ahmed Aguirre Acuña, en la que se relata parte de ese majestuoso historial deportivo.
Roberto “El Flaco” Meléndez, calificado por muchos historiadores y periodistas de la época como el más grande futbolista del país, era todo un ídolo nacional. Fue él, el primer futbolista colombiano en ser contratado para el exterior.
El equipo “Centro Gallegos” de Cuba se lo llevó a fines del año 1939 para la isla cubana donde estuvo hasta 1940. Su manejo con ambos pies, pero muy particularmente su potencia para los remates y sus cantidades de goles de media distancia lo convirtieron en el terror de los arqueros. Era un fuera de serie.

En el Junior de 1943, campeón de la liga militaban también los recordados José Escorcia (arquero), Gabriel “Vigorón” Mejía, Humberto Picalúa, Juan Quintero, Isidro Joleanis, Arturo “Guarapo” Mendoza, Fulgencio Berdugo, Felipe Suárez, Carlos Recio, “Ñía” Bengoechea. ¡Un Señor equipo!
Nacido el 31 de marzo de 1912 en el populoso Barrio Rebolo, en el hogar conformado por Teodoro Meléndez y Tulia Lara, Roberto, séptimo de 16 hermanos, legó en sus 12 hijos el amor indisoluble de una familia y el sentido de solidaridad y amistad que aún es reconocida por vecinos, amigos y familiares en el populoso barrio El Carmen donde vivió muchísimos años hasta el día de su muerte.
A los 17 años y después de haber jugado en el Colegio Biffi La Salle donde hacia sus estudios, fue llevado al Juventud Junior, equipo este que fundado en 1924 como Juventud Infantil y ascendido de tercera a segunda categoría, inició desde entonces una brillantísima carrera que lo convirtió en el mejor futbolista de las décadas treinta y cuarenta, ganando títulos seguidos, representando al departamento del Atlántico en torneos nacionales.
Y, convocado siempre a selecciones para enfrentar a equipos internacionales de Ecuador, Perú, México, Costa Rica, Chile y otros, fue siempre destacado como máxima figura. A tal punto que en 1939 y luego de haberse cansado de marcar goles a tutiplén en los campeonatos de liga, fue contrado por el Club Centro Gallegos de Cuba.
Fue el primer futbolista colombiano en actuar en el exterior y en club cubano donde permaneció ante de finalizar 1940 por la segunda guerra mundial, hasta 1940, también fue el goleador.
Era tan fructífero anotando goles que el maestro y decano de los periodistas deportivos Chelo De Castro C. (qepd) que lo vio jugar desde que el Flaco lo llevaba al Estadio Moderno, afirmaba que marcó 508 goles, cifra jamás igualada en el fútbol de Colombia.
Roberto Meléndez formó parte del seccionado atlanticense que se coronó por primera vez campeón nacional en los Juegos Olímpicos der Medellín en 1932. Era el capitán, la gran figura y anotó 8 goles en 5 partidos. El Presidente Enrique Olaya Herrera al finalizar los juegos pidió que lo llevarán al palco presidencial del estadio para conocerlo. Allí lo saludo estrechando su mano y le entregó el trofeo de campeón. Honor nunca más repetido.
El “Flaco” Meléndez fue un jugador lleno de virtudes: driblaba, era veloz, inteligente en los desplazamientos y especialmente potente en sus remates dentro o fuera del área.
Aunque era derecho, su potencia radicaba en la pierna izquierda. Sus disparos resultaban imposibles para los porteros. “Siempre fue derecho, pero casi todos los goles los hacía con el pie izquierdo. La derecha la utilizaba –decía jocosamente-“solo para montarme en el bus”.
Capitán de seleccionados del Atlántico, y exponente de un juego lírico y romántico, Roberto quien se desempeñaba como interior izquierdo (hoy volante 10) fue merecedor siempre de elogios, aplausos y distinciones. Fue un verdadero ídolo.
Su carrera que se extendió por casi 25 años, a excepción su paso por el Centro Gallegos de Cuba, fue en amateurismo. Lo único que le falto, tal como lo afirmó él mismo, fue no haber actuado en el profesionalismo de Colombia.
“El Flaco” Meléndez fue técnico y jugador de la selección Colombia en el suramericano de Chile de 1945. También dirigió en 1949 al equipo que participó en el suramericano de Rio de Janeiro.
Y, por encargo del gerente Mario Abello Lobo y de los directivos de Club Junior, fue el encargado de conformar el equipo para competir en 1948 en el primer campeonato profesional de Colombia en el que logró el subtítulo detrás del Santafé de Bogotá.
El nombre de Roberto “Flaco” Meléndez ha quedado perpetuado en el Estadio Metropolitano bautizado con su nombre el 17 de marzo der 1991, cinco años después de haber sido inaugurado y tras una ardua tarea por conseguirlo del maestro Chelo De Castro C.
En el libro escrito por sus hijos, y bajo el título de una crónica titulada Roberto Meléndez, El más Grande, Ahmed Aguirre Acuña lo definió en la siguiente frase: “Roberto Meléndez es en fútbol lo que García Márquez es en literatura. Su premio nobel no vino en pergaminos de novela como al autor de Cien Años de Soledad, sino en cueros redondos convertidos en goles».
Roberto “El Flaco” Meléndez falleció el 20 de mayo del 2000 a los 88 años de vida.