Colapso del puente en Baltimore afecta comercio mundial y cadenas de suministro

El reciente colapso del puente Francis Scott Key en Baltimore, tras el choque del buque Dali, ha generado una crisis en el comercio mundial y las cadenas de suministro, con graves consecuencias para varias industrias clave. El incidente, ocurrido en la madrugada del 26 de marzo, ha dejado una estela de preocupaciones y desafíos logísticos.

El cierre del puerto de Baltimore, como medida preventiva tras el desastre, ha dejado varadas millones de toneladas de carga, incluyendo carbón, automóviles, madera y yeso. Más de 40 barcos programados para zarpar se han visto afectados, mientras que las autoridades portuarias han declarado la suspensión del tráfico marítimo «hasta nuevo aviso», lo que genera incertidumbre en el panorama económico internacional.

«La suspensión del tráfico en Baltimore tendrá un efecto dominó significativo en las cadenas de suministro globales», señaló Marco Forgione, director general del Instituto de Exportación y Comercio Internacional, enfatizando la gravedad del impacto generado por este suceso.

El sector automotriz es uno de los más afectados, ya que el puerto de Baltimore es un importante punto de exportación de vehículos. El gigante Ford, por ejemplo, se verá obligado a redirigir piezas y ajustar su cadena de suministro para mitigar los efectos del cierre del puerto. En contraste, otras empresas como BMW han expresado que, aunque se anticipan retrasos a corto plazo, la infraestructura clave para su operación aún está accesible.

El impacto se extiende también al sector energético, con implicaciones para el suministro de gas natural licuado en regiones como el Reino Unido y la Unión Europea. La compañía naviera Maersk, una de las más grandes del mundo, ha anunciado la omisión de escalas en Baltimore, lo que refleja la preocupación en los mercados financieros y la necesidad de soluciones a corto plazo para mitigar las consecuencias.

Aunque los expertos mantienen cierta cautela sobre las implicaciones a largo plazo en las cotizaciones bursátiles y los efectos macroeconómicos, la reconstrucción del puente y la reanudación del tráfico marítimo representan desafíos considerables. El secretario de Transporte de EE. UU., Pete Buttigieg, reconoció la magnitud del impacto y la incertidumbre sobre los costos de despeje del canal y la reapertura del puerto.

En conclusión, el colapso del puente en Baltimore ha puesto en relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales ante eventos inesperados, resaltando la necesidad de medidas preventivas y estratégicas para mantener la estabilidad económica y logística a nivel mundial.