POR YURANIS WILCHES AYALA
El artículo presente en la Tribuna Pedagógica: «Misionalidad de la Ley General de Educación», por Reynaldo Mora, nos ofrece una reflexión sobre la importancia de la formación integral en la educación colombiana. Es un texto valioso para la discusión y el debate sobre el papel de la educación en el desarrollo personal y social de los estudiantes.
En este artículo el autor destaca su importancia como una herramienta que debe llevar a los estudiantes a experimentar un cambio significativo en sus vidas al final de cada clase. Mora enfatiza la formación integral que implica que cada maestro cree un lenguaje propio para fomentar el pensamiento crítico y desafiar las visiones del mundo de los estudiantes.
Asimismo, aboga por la reivindicación de valores sociales en la educación para involucrar tanto a estudiantes como a docentes;
sostiene que el sistema educativo colombiano debe reformarse para formar mejores ciudadanos. Él cree que el sistema actual se centra demasiado en las pruebas estandarizadas y no lo suficiente en el pensamiento crítico y la creatividad. También cree que el plan de estudios debería centrarse más en problemas del mundo real y menos en conceptos abstractos. Estoy de acuerdo con el autor en que es necesario reformar el sistema educativo colombiano. Creo que el sistema actual no está preparando a los estudiantes para la fuerza laboral del siglo XXI.
También creo que el plan de estudios debería centrarse más en el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
Esto lleva a ciertas conclusiones que podrían ser analizadas desde diferentes perspectivas:
• En el contexto actual, marcado por la globalización y los rápidos cambios sociales, es más importante que nunca que la educación prepare a los estudiantes para ser ciudadanos críticos, responsables y comprometidos con la sociedad.
• La formación integral debe incluir no solo el desarrollo intelectual, sino también el desarrollo emocional, social y físico de los estudiantes.
• La escuela debe ser un espacio donde los estudiantes aprendan a pensar por sí mismos, a resolver problemas, a trabajar en equipo y a ser ciudadanos responsables.
• La familia y la comunidad tienen un papel fundamental en la formación integral de los estudiantes.
De esta manera, esta norma se centra en la transformación de la Ley educación, donde se resalta la necesidad de que esta norma promueva un cambio profundo en la vida de los estudiantes, llevándolos a ver el mundo de manera distinta y a pensar de forma crítica. Esta Ley aboga por la participación democrática en la educación, destacando los postulados participativos de la norma que reflejan la experiencia de la comunidad académica. Su postura se inclina hacia la profundización de dilemas éticos en el currículo, con el objetivo de potenciar la reflexión sobre temas universales como la paz y la justicia, lo que, a su vez, contribuirá a una reforma integral del sistema educativo para su modernización pertinente.
El autor de estos interpretativos de la Ley General de Educación es un modelo de formación de buenos ciudadanos, ya que promueve la participación, el diálogo y el respeto por los derechos humanos. En mi opinión, es una ley muy importante, ya que establece las bases para una educación de calidad en Colombia. Sin embargo, creo que debe ser actualizada para reflejar los cambios sociales y tecnológicos que han ocurrido en los últimos años.
El enfoque presentado por Mora Mora en la importancia y la misión transformadora de la Ley General de Educación es inspirador y relevante en el contexto actual de la educación. Su llamado a que la educación no solo transmita conocimientos, sino que también promueva la reflexión crítica, los valores sociales y la participación activa de los estudiantes, resuena como un recordatorio fundamental de la verdadera esencia de la enseñanza.
La idea de que cada clase debe ser una oportunidad para generar un impacto significativo en la vida de los estudiantes es poderosa y nos invita a repensar la forma en que concebimos la educación. La propuesta de reivindicar valores sociales y éticos en el currículo educativo es crucial para formar ciudadanos conscientes, responsables y comprometidos con su entorno.
El enfoque de la misión de la Ley General de Educación como agente de cambio y transformación social nos recuerda que la educación va más allá de la transmisión de información; es un pilar fundamental para construir una sociedad más justa, equitativa y democrática. En un mundo en constante evolución, las reflexiones de Mora acerca de los 30 años de esta Norma nos invita a repensar y fortalecer el papel de la educación en la formación integral de las personas y en la construcción de un futuro más prometedor para todos.