Por: Lucho Paternina Amaya
Con la autoría de Julio Oñate, acaba de gravar Iván Villazón con este título un vallenato protesta contra el cobro de las elevadas tarifas de energía que del trote pasaron al galope, y ahora se desplazan en carrera incontrolable acabando con la tranquilidad familiar, así como con pequeños y medianos negocios, según lo percibimos por los medios y las redes sociales. Ya en el pasado, otros compositores como Hernando Marín habían acudido a esta herramienta para denunciar injusticias materializadas en comportamientos que se enfrentaban a la moral imperante y a los intereses colectivos.
¿Podrá conseguir el folclor a través de Oñate y Villazón lo que no han podido obtener parlamentarios, gremios, líderes sociales, gobernadores, alcaldes, estudiantes y la academia que han venido participando de cumbre en cumbre sin que, por fin, se bajen o por lo menos se congelen las tarifas? Si el estribillo que se interpreta en la canción cuando dice: «Afinia me tiene loco, Afinia me va a matá, yo vivo apagando focos y la cuenta sube más», se repitiera cada hora por cada uno de los habitantes del Caribe, obtendríamos mejores resultados a favor de los usuarios con precios más justos, que si se citara a una nueva cumbre energética con el gobierno, la Creg y Afinia, en la seguridad de que esta enésima convocatoria arrojaría la misma conclusión gaseosa, es decir, sin que las tarifas se frenen llevándolas a una racional tasación y, de paso, alimentando condiciones para una eventual protesta social, como ya por ahí se insinúa, hasta con desobediencia civil negándose a cancelar las facturas.
Si desde las esferas altas del poder estatal se invita a la movilización ciudadana para que el Congreso apruebe las reformas propuestas por el ejecutivo, ¿por qué también en tales convocatorias no se pide a los entes competentes que se controle o se regule en justicia, el alza desbordada de las tarifas ante el potencial colapso económico que se está gestando por el desproporcionado proceder?
Con esta composición que ya se canta por el pueblo Caribe, me asalta la seguridad de que ahora sí, el vallenato mediante Villazón y Oñate va a conseguir lo que las cumbres realizadas hasta donde vamos, no han podido: llevar los precios de energía a uno racional y justo para que todo lo que se gana el compositor no sea para pagar la luz, como así lo pregona en su cantar.