[En video] “Donde no pague la extorsión me matan”: comerciante de Los Girasoles

A viva voz un comerciante del barrio Los Girasoles en Barranquilla, denuncia que ha sido víctima de extorsiones y además que la Policía hace parte de este flagelo, siendo cómplices de los grupos delincuenciales que practican este tipo de actividades ilícitas.

El denunciante, Leonardo Cuentas, propietario de La Terraza de Leo, relata que alrededor de las 2:00 de la madrugada de este domingo 17 de marzo, llegaron unos sujetos solicitando unas bebidas y al parecer estos lo amenazaron indicando que si no pagaba la extorsión lo iban a matar.

La situación no solo quedó ahí, pues el comerciante manifiesta haber denunciado ser víctima de extorsiones a un uniformado del cuadrante, quien en vez de brindar protección resultó ser parte del problema, al decir que si no se quedaba callado, lo iban a dirigir a la UPJ, siendo algo supremamente preocupante para todo el gremio, ya que la Policía, o por lo menos una buena parte de ellos están involucrados en este acto delictivo que azota a la ciudad y el departamento.

En medio de un panorama desolador, los habitantes del Caribe colombiano expresan su profunda preocupación ante el incremento alarmante de extorsiones y violencia que afecta directamente a la clase trabajadora. Según testimonios recabados en la zona, la situación ha llevado a escenas desesperadas donde personas trabajadoras se ven «extorsionadas, arrodilladas y hasta asesinadas por los criminales».

Uno de los temas recurrentes es el costo exorbitante de la energía eléctrica, que ha impactado significativamente el bolsillo de los ciudadanos y la competitividad de los negocios locales. Este problema se suma a la «extorsión de todo tipo de delincuentes», lo que genera un clima de incertidumbre e inseguridad para quienes buscan mantener emprendimientos y fuentes de empleo en la región.

El Atlántico pide ser escuchado por el Gobierno y las autoridades

Los ciudadanos cuestionan abiertamente la efectividad de las autoridades locales y nacionales, preguntándose para qué se pagan impuestos si la seguridad y el bienestar de la población no están siendo garantizados. Esta preocupación se refleja en preguntas como «¿Adónde vamos a parar?», «¿Qué negocio decente podría sostenerse así?» y «¿Hasta cuándo?».

En este contexto, líderes comunitarios y representantes de diversos sectores hacen un llamado urgente a las autoridades competentes para que tomen medidas efectivas que garanticen la seguridad y el desarrollo económico en la región. Se enfatiza que la seguridad no es un tema de ideologías políticas, sino un valor fundamental para la convivencia y el progreso en cualquier sociedad civilizada.