Página Universitaria: La violencia en la U. del Atlántico (I)

Primero de esta serie de tres (3) artículos es un recuento sobre un pasado atroz para NO OLVIDAR Y NO REPETIR y lo que se busca es contribuir al proceso de construcción de convivencia y paz.

– Desbrocemos caminos hacia la paz –

Por: José Gabriel Coley, Filósofo Uniatlántico

Nuestro primer mártir histórico fue Julián Restrepo Villareal y se remonta a 1971 ligado al Movimiento Nacional Universitario de ese año. 

Aunque Julián en realidad era alumno del Codeba, los líderes de la U.A. habíamos convocado a los muchachos de secundaria a que nos manifestaran su apoyo de cuerpo presente y en una de las refriegas cayó muerto producto de los bastones o bolillos de los policías destinados a acallarnos.

De él, hasta hace poco, existía un busto en los patios de Codeba, cuyas instalaciones físicas fueron anexadas a la Universidad y que aún hoy nos pertenecen.

Años más tardes (1989) un compañero de Julián de ese entonces también sería abatido pero en pleno aeropuerto El Dorado de Bogotá antes de abordar un vuelo a Barranquilla. 

Se trataba de José ‘Pepe’ Antequera, quien fuera también brillante estudiante de nuestra Facultad de Ciencias Jurídicas (tesis laureada sobre el movimiento estudiantil) y dirigente excelso de la UP (Unión Patriótica), organización política que fue aniquilada asesinándose selectivamente a sus cuadros directivos.

Un año después (1990) fue acribillado cerca del Alma Mater Jesús Santrich, cuyo nombre lo inmortalizaría su compañero Seuxis Hernández, doble egresado de la U.A.  (Educación y Derecho), el cual se desempeñaría después como miembro de la comisión de los Diálogos de Paz en La Habana en representación de La FARC.

‘Jesús Santrich’, nombre de combate de Seuxis, llegó a ser una de las figuras más preclaras de la guerrilla muy a pesar de haber perdido la vista en las montañas de Colombia. De allí las gafas oscuras que lo identificaban entre los negociadores, que nunca usó cuando fue mi alumno en el programa de Licenciatura en Ciencias Sociales, ni tampoco siendo representante de los estudiantes ante el Consejo Académico, donde participamos juntos cuando fui Vicerrector (1988 y 1989). 

En 2021, cayó muerto por fuego cruzado en la Serranía de Perijá a la edad de 53 años en las filas de la disidencia de las FARC, que se originó por el incumplimiento del Acuerdo de Paz firmado entre el Estado y esa guerrilla en 2016

Siguiendo con el orden cronológico, en 1991 fue cometido el execrable crimen del estudiante de 5º año de Derecho Juan Pinedo Gallego en plena aula de clases (salón 308 del bloque Julio Enrique Blanco de la sede Centro), delante de su profesor Jorge Carbonell y sus compañeros, mientras presentaba irónicamente un examen escrito de Criminalística. 

El ‘Cucheto’, como lo llamábamos, había escapado de dos atentados en Medellín y por ello lo trasladaron a la U.A. por gestiones del consejero de paz de la presidencia. El ‘ajusticiamiento’ fue hecho de esa manera como un acto ‘ejemplarizante’ de los victimarios, según comentaban los corrillos en esos días.

Al año siguiente (1992) el excelente docente de Psicopedagogía y mi amigo personal Germán Pinzón Espinel, que se encontraba en comisión de estudios cursando su maestría en Bogotá, de probadas y comprobadas ideas de izquierda, fue ultimado a golpes de ‘cachiporras’ en vísperas de regresar a Barranquilla para reintegrarse como profesor de planta de la U.A. Pero fue la dècada de 1997 a 2006 la más terrorífica como lo mostraremos en varios cuadros en la próxima entrega.

Cabe señalar que la comunidad académica uniatlanticense también asumió la muerte infame del sociólogo Alfredo Correa de Andreis (2004), muy ligado a la institución (exprofesor), cuyo crimen aún retumba en la conciencia de todos los hombres y mujeres de paz de Barranquilla y todo el Caribe colombiano.

Fuente: Pepe Comenta.