Por: José Gabriel Coley, filósofo de Uniatlántico
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Me ha pedido mi primo Pepe Sánchez que escriba unas líneas sobre Aristóteles para hoy 7 de marzo que se cumple un aniversario más de su muerte. No se trata de hacer una disquisición sobre sus aportes al campo de la filosofía sino de unos cuantos párrafos periodísticos que esquematizara una semblanza del sabio. Pero cuando ya comenzaba a complacerlo el demonio de la duda me asaltó.
Si en la antigüedad no existía el calendario gregoriano, cómo es posible que Pepe sepa el día de su deceso cuando de esos tiempos se sabe solo y aproximadamente el año en que nació y murió determinado personaje y el lugar, más no el mes, día y mucho menos la hora. Simplemente se dice: Aristóteles, 384-432 A. de N.E. Wikipedia lo anuncia me dijo el primo, por lo que, y sin convencerme, continué escribiendo esta nota, no por Wikipedia sino por Pepe, que me presenta siempre en su columna como filosofo. Trato de ajustarme a su solicitud y esto es lo que está saliendo de improviso sobre el estagirita.
El mismo nombre ARISTÓTELES, proviene de la voz griega ARISTOS, que significa los mejores, si no el mejor. Aunque allí también tendría cabida Platón (remoquete por su espalda ancha) cuyo nombre verdadero es Aristocles. De Aristos deviene igual, por supuesto, aristocracia, gobierno de los mejores que es lo ideal, gobierno del que más sabe, porque el que sabe es el que manda. Y eso era lo que quería hacer Platón en La Republica con el ideal del Rey – Filósofo y/o Filósofo – Rey. O sea reunir poder y saber en una sola persona. Y a fe que lo intentó en Siracusa con Dión, pero fracasó.
No obstante, fue su discípulo Aristóteles quien lo logró cuando lo llamaron a la corte de Filipo segundo, Rey de Macedonia, para que fuera preceptor de su hijo Alejandro, el magno, quien al sucederlo en el trono pudo establecer el primer imperio de Occidente a fuerza de la espada y el pensar, que no solo de la brutalidad…
Quizás por esto en la entrada principal de la Universidad de Atenas, donde estuve junto con otros profesores de la U.A. en 2013 en el vigésimo segundo congreso mundial de Filosofía, hay un busto de mármol de Aristóteles. Yo le pregunté (al fin y al cabo la función de la filosofía es preguntar) a un amigo griego que hablaba español el por qué estaba ahí Aristóteles que nació en Estagira (Macedonia) y no Platón que si era ateniense o Sócrates, maestro de ambos, oriundo de una población vecina (Alopece) y que hizo su magisterio en la plaza pública de Atenas. A lo que me respondió que Aristóteles era lo que mejor había producido la escuela de Platón, la Academia, y es ese el valor simbólico de la estatua para la universidad.
Evidentemente, Aristóteles fue el máximo genio de la antigüedad, padre de la lógica formal y, si se quiere, hasta del catolicismo, al ser adoptado y adaptado por Tomás de Aquino como filósofo oficial de la Escolástica. Y al contrario de Platón, que adoró y perpetuó a Sócrates al cual permanentemente le hizo apología (sobre todo después de la cicuta), él se apartó de su maestro de 20 años y fundó su propia escuela filosófica, el Liceo. Es famosa su frase al respecto: “Soy amigo de Platón, pero más de la verdad”.
Se refería al idealismo objetivo que predicaba su maestro y planteó que no es la idea la que crea las cosas reales, sino que son éstas las que crean las ideas. Por lo que el sujeto es independiente de las cosas y son ellas las que se reflejan como copias mentales en nosotros, causando los pensamientos. “Nada hay en la inteligencia que antes no haya estado antes de los órganos de los sentidos”. Y a partir de ahí levantó su propio sistema filosófico que 2.500 años después sigue vigente.
Cuando me dijeron ayer domingo temprano, y antes de salir a mis caminatas matutinas, que escribiera algo sobre Aristóteles, al estar dando vueltas en alrededor del estadio Romelio Martínez de Barranquilla, cerca de mi residencia, no pude sustraerme de pensar en lo peripatético de mi ejercicio, porque cada paso que doy todos los días y siempre, están acompañados de alguna reflexión. Y eso se lo debo a ese aristócrata del saber, aunque suene redundante, porque el saber es solo para los mejores, no para el vulgo. Por algo su principal obra para mi es Política.
Que coincidencia, Wikipedia en sus efemérides de hoy también anuncia la muerte de Tomás de Aquino ocurrida en el año 1274.