Desde tiempos ancestrales, diversas culturas han reconocido la influencia de los astros y la naturaleza en el equilibrio vital de los individuos. Una de las prácticas más destacadas que busca armonizar los espacios y promover el bienestar personal es el Feng Shui, una antigua disciplina oriental que ha trascendido fronteras y se ha integrado en diversas culturas occidentales.
El Feng Shui, cuya traducción literal es ‘viento y agua’, se basa en la distribución consciente y armónica de los espacios para optimizar la energía que fluye en ellos. Esta práctica no solo se centra en la disposición de muebles y decoración, sino que también considera la orientación de los espacios y su relación con la naturaleza circundante.
En el año 2024, la llegada de la primavera en el hemisferio norte coincide con el despertar de la naturaleza y la renovación de la vida vegetal. Este período, caracterizado por un clima agradable y propicio para el crecimiento, se convierte en un momento ideal para aplicar los principios del Feng Shui en el cuidado de las plantas.
Según las enseñanzas de esta disciplina milenaria, ciertos días del mes de marzo son especialmente propicios para sembrar o trasplantar plantas, aprovechando la energía revitalizante de la primavera.
En ese sentido, los días 9, 12, 15, 18, 21, 24 y 27 se consideran ideales para la siembra, mientras que el 10, 14, 19, 22, 25 y 30 ofrecen condiciones óptimas para el trasplante.
Estas fechas, marcadas por una alineación cósmica favorable, se convierten en aliadas para el crecimiento y la vitalidad de estos seres vivos, potenciando su capacidad de adaptación y fortaleza.
Al combinar los principios del Feng Shui con el ciclo natural de la primavera, se crea un ambiente propicio para el bienestar y la armonía en el hogar y en el entorno cercano.