Álvaro Uribe critica nombramiento de Mancuso como gestor de paz

Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia.

El expresidente Álvaro Uribe ha expresado su preocupación ante la reciente designación de Salvatore Mancuso como gestor de paz por parte del Gobierno. Mancuso, quien retornó al país para cumplir funciones en este cargo, ha generado controversia al ser asociado con posibles declaraciones en contra de Uribe y su administración.

Uribe reconoce la autonomía del presidente Gustavo Petro para nombrar gestores de paz, pero señala que la designación de Mancuso parece tener una motivación más allá de la paz, sugiriendo una posible «amenaza política» subyacente. En palabras del exmandatario, «Que Mancuso sea gestor de paz para algunos conviene y para otros no. Las razones tienen más intención de amenaza política que de paz.»

El expresidente cuestiona la aparente discriminación en el proceso de designación de gestores de paz, destacando que otros exparamilitares como Rodrigo Tovar (Jorge 40) o Carlos Jiménez (Macaco) no han sido considerados para roles similares. «¿Qué tienen qué decir para que los nombren gestores de paz, deben acusarme?» cuestiona Uribe.

Además, Uribe comenta sobre la alianza de Mancuso con antiguos enemigos y su comparecencia ante la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), sugiriendo que su testimonio puede afectar la honra de muchas personas, incluyendo la suya propia. En este sentido, critica el proceso de la JEP y recuerda sus esfuerzos infructuosos desde el Congreso para crear una sala especial en la JEP para el juzgamiento de los militares.

En un análisis más profundo, Uribe señala la posible motivación detrás de las acciones de Mancuso, sugiriendo que su alianza con antiguos enemigos podría ser una forma de vengar la autoridad que no pudo someter en el pasado. «De Mancuso nada me aterra cuando pienso que se cambió autodefensa por asesinato y desaforo de dinero», afirma.

En resumen, las críticas de Álvaro Uribe hacia el nombramiento de Mancuso como gestor de paz resaltan la complejidad y la sensibilidad del proceso de paz en Colombia, así como las tensiones políticas que persisten en torno a este tema.