Informe revela estudios internos de la farmacéutica sobre daños cardíacos en menores mientras las autoridades promovían la seguridad de las inyecciones para COVID-19.
En medio de la promoción gubernamental sobre la seguridad de las inyecciones COVID-19 para niños y adolescentes, surge un informe que arroja luz sobre investigaciones previas de Pfizer relacionadas con los posibles efectos cardíacos adversos en menores, aun antes de la aprobación de la FDA.
Según el informe del DailyClout basado en documentos internos de Pfizer, mientras los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) respaldaban la inocuidad de las inyecciones, Pfizer llevaba a cabo un estudio en Europa evaluando los efectos de su vacuna en el corazón de menores.
El estudio, denominado «Fase 2/3», se inició en septiembre de 2021, un mes antes de que la FDA otorgara la autorización de uso de emergencia a Pfizer para niños de 5 a 11 años. Documentos internos revelan que Pfizer examinó la troponina I en muestras de sangre de niños, una proteína que se libera en la sangre cuando el corazón está dañado, siendo un indicador de miocarditis subclínica.
El Dr. Christopher Flowers, autor del informe sobre los documentos de Pfizer, destacó que la realización de pruebas en niños pequeños para detectar miocarditis subclínica es preocupante, dado que no son un grupo de riesgo para esta afección.
Flowers también señaló la falta de transparencia por parte de Pfizer y la FDA al no hacer públicos los resultados del estudio. Además, se reveló que varios ensayos propuestos por Pfizer desaparecieron del registro de ensayos clínicos, lo que plantea interrogantes sobre la realización efectiva de dichos estudios.
El informe también examinó los formularios de consentimiento proporcionados a los padres y niños participantes, donde se destaca el uso de un cómic para explicar el estudio a los niños más pequeños, lo que generó críticas por parte del Dr. Flowers, quien cuestionó la ética de esta estrategia.
A pesar de las crecientes pruebas sobre los riesgos de miocarditis asociados con las inyecciones ARNm de Pfizer, las autoridades de salud pública continuaron promoviendo la vacunación para niños. El informe también revela que tanto la Casa Blanca como los CDC conocían los posibles riesgos desde abril de 2021, pero optaron por minimizarlos públicamente.
Estas revelaciones plantean serias interrogantes sobre la transparencia y la ética en la evaluación y promoción de las vacunas COVID-19, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los niños y adolescentes.