Por:Wilson Fayad Ahcar.
Las gentes que votaron en contra de Gustavo Petro aún no toman conciencia, a estas alturas, de que las elecciones presidenciales ¡las ganó Gustavo Petro! Y las ganó con un programa electoral apegado, naturalmente, a su ideología política, votada por más de once millones de personas y que, por mandato mismo de sus electores, enmarca su Plan Nacional de Desarrollo y las distintas y entrelazadas políticas públicas consecuentes, adoptadas para atender los problemas públicos que hacen parte de su agenda de gobierno.
Y si bien es cierto que en Colombia el denominado voto programático y, por tanto, larevocatoria de mandato por el incumplimiento del programa electoral sólo tienen lugar en tratándose de elecciones de gobernadores y alcaldes, todo presidente de la República tiene una obligación moral y política con sus electores de ser leal con el programa electoral que propuso en campaña conforme a su ideología política y por el cual resultó electo, so pena de voto-castigo, obligación que nuestro presidente ha cumplido fielmente, pues de lo contrario sería un suicido para el primer presidente de la considerada izquierda colombiana, que arrastraría consigo la suerte misma de su reciente partido político.
Ahora bien, al margen de su gestión como ejecutor de sus políticas públicas o de si éstas son o no equivocadas, cabe preguntarse, antes que todo, ¿es socialista la ideología política de Gustavo Petro? ¿o es comunista -como lo tildan Javier Milei y periodistas malsanos del país- ¿o es capitalista? ¿es de izquierda? ¿es de derecha?
Y es ahí precisamente, en el entendimiento de esos conceptos o términos (izquierda, derecha, socialista, comunista y otros afines), donde reside el verdadero foco del caos y de los insultos y porquerías que día a día invaden las redes sociales, cuando se pretende hablar de política.
Al respecto, lo primero que hay que tener en cuenta es que actualmente no existe un consenso académico universal sobre lo que ha de entenderse por los conceptos de izquierda y derecha, ni sobre la terminología misma que se utiliza para distinguirlos. Y si ello es así, tampoco puede existir uniformidad ni simetría en la conceptualización y terminología empleada para encasillar la posición e ideología de candidatos y partidos políticos desde el punto de vista teórico, por lo menos frente al eje izquierda-derecha del espectro político.
La consideración anterior, en mi parecer, es uno de los aspectos que más confusión o equivocidad genera en el debate académico político, lo cual conlleva a su vez interminables discusiones estériles e irrespetuosas en la prensa, en reuniones, en cualquier esquina o rincón de tertulias, en las salas de las casas, en el internet y en las redes sociales, e incluso, polarizaciones incongruentes entre los electores sobre la vida política, pues las más de las veces cada uno de los interlocutores tiene una idea diferente de lo que significan tales conceptos, y esas discusiones así terminan a la larga convirtiéndose en una torre de babel.
Pero esa ambigüedad que se presenta en torno a los actuales conceptos de izquierda y derecha, sí que no puede predicarse del eje socialista/comunista-capitalista del espectro político. Por eso, frente al interrogante de si Petro es socialista o comunista, no vacilo en decir que la respuesta tajante es ¡Claro que no!
Los conceptos de “socialismo” y “capitalismo” hacen alusión apenas a un componente de las ideologías relacionadas con el manejo del Estado, cual es, el económico, que se refiere específicamente al modo de producción de los bienes y servicios dentro de una sociedad y territorio determinado, cuyo centro de análisis es la propiedad de los medios de producción, el grado de intervención estatal en la economía y la finalidad de esa intervención estatal.
Es el examen de estos tres elementos lo que sirve para determinar si una economía se ha organizado bajo la forma propia de un sistema capitalista puro (liberalismo económico clásico), o de un sistema socialista, donde el mercado es reemplazado por una economía totalmente planificada y centralizada, bajo la propiedad común o estatal de los medios de producción. En otras palabras, estos tres elementos sirven para saber la ubicación ideológica de un programa electoral, por lo menos en cuanto a su componente económico: si estamos frente a una ideología más o menos capitalista o socialista, con sus diversos matices.
Continuará mañana
wilsonfayad@hotmail.com