Temores de escalada de violencia tras llegada de Salvatore Mancuso a Colombia

Con la reciente llegada de Salvatore Mancuso al país, víctimas del exjefe paramilitar en la región Caribe colombiana han expresado su preocupación ante posibles represalias y una escalada de violencia en la zona. Aunque Mancuso ha mostrado disposición para contribuir a la verdad, se teme que instituciones estatales y sectores políticos busquen impedirlo, incluso atentando contra su vida.

Según afirmaciones de Misael Delgado, defensor de derechos humanos en el Atlántico, existe el riesgo de que se desate una ola de violencia en contra de defensores de derechos humanos, activistas sociales y líderes comunitarios, como represalia por la búsqueda de la verdad. La presencia de Mancuso en la Jurisdicción Especial para la Paz podría desencadenar acciones violentas, siendo él una figura visible en el proceso de revelación de la verdad.

«Es posible que en Colombia estemos al borde de una escalada de violencia contra defensores y defensoras de derechos humanos, activistas sociales, líderes, lideresas, por este tema de revelar la verdad, a través de un personaje destacado como un excomandante de las AUC que está contribuyendo a un proceso en la Jurisdicción Especial para la Paz», afirmó Delgado.

El defensor también señaló que, a pesar de los esfuerzos por la justicia y la paz en el país, muchas verdades permanecieron ocultas durante años, especialmente durante el proceso de Justicia y Paz en los tribunales.

Por otro lado, se reconoce que el fenómeno paramilitar no ha sido erradicado por completo, ya que aún existen estructuras que operan bajo diferentes nombres, como el Clan del Golfo. Esta situación sigue afectando el orden público en la región Caribe y otros departamentos de Colombia, según denunció Delgado.

Es en este contexto que la figura de Mancuso cobra relevancia, ya que se le considera una pieza fundamental en la victimización en varios departamentos del país. Se espera que la información que posee sobre desaparecidos y víctimas pueda contribuir a la búsqueda de justicia y esclarecimiento de casos que datan de los años 90 y 2000.

Las expectativas de las víctimas son claras: acceder a la justicia y conocer el paradero de sus seres queridos desaparecidos. Sin embargo, este anhelo se ve empañado por el temor a posibles represalias y una nueva ola de violencia en la región.