En las redes sociales ha surgido una historia que ha captado la atención de muchos: la de Gwen Merz, una mujer estadounidense que, con el objetivo de acumular ahorros suficientes para retirarse del trabajo siendo aún joven, decidió sacrificar su vida social y llevar una vida muy austera.
Merz, en una entrevista reveladora, compartió cómo logró acumular la sorprendente suma de 200 mil dólares en tan solo cinco años. Sin embargo, este logro monumental no estuvo exento de penurias y pérdidas personales, como la falta de conexiones sociales y afectivas.
Todo comenzó cuando Gwen tenía 23 años, al terminar la universidad y conseguir su primer trabajo, donde ganaba 65 mil dólares anuales. Decidió ahorrar el 75% de sus ingresos, reduciendo al máximo sus gastos.
Durante esos cinco años, Gwen se privó de asistir a eventos y conciertos, e incluso invitaba a sus amigos a jugar juegos de mesa en su casa para evitar gastar dinero en salidas. Sin embargo, esta estricta disciplina financiera la llevó a sentirse «miserable» por la falta de conexiones sociales.
Con el tiempo, se dio cuenta de que, si bien su objetivo inicial no valía del todo la pena, tampoco se arrepentía. Con los 200 mil dólares ahorrados, encontró un trabajo en el que piensa desarrollar una carrera a largo plazo, está comprometida y ahora solo ahorra el 10% de su salario para satisfacer sus gustos.
La historia de Gwen Merz plantea interrogantes sobre el equilibrio entre la planificación financiera y la calidad de vida, y ha generado un debate sobre los límites del sacrificio personal en busca de la libertad financiera.
