El Gobierno Nacional busca recortar gastos por $600 mil millones y renegociar proyectos de infraestructura para enfrentar desafíos económicos.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, hizo referencia al plan de austeridad presentado por el Gobierno Nacional en respuesta a los desafíos económicos actuales. En un esfuerzo por ajustarse a la realidad financiera del país, se proyecta una reducción de $600 mil millones en gastos durante el año en curso.
«Estamos en el año de las vacas flacas. Y en el año de las vacas flacas tenemos que empezar a buscar cómo las alimentamos para volver a vacas gordas», expresó el funcionario, subrayando la necesidad de replantear estrategias para revitalizar la economía.
El ministro Bonilla enfatizó la importancia de diversificar la actividad económica del país, destacando la agricultura y el turismo como áreas clave para la construcción de un modelo sostenible. «Si queremos salir a otro lado, lo que tenemos que construir es un modelo que no esté basado simplemente en combustibles, sino que esté basado en una diversificación de la actividad económica», afirmó.
La iniciativa de austeridad responde, en parte, a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que había instado al Gobierno a recortar el gasto para cumplir con la regla fiscal y mantener la estabilidad financiera.
Además del recorte de gastos, el ministro Bonilla anunció la intención de renegociar proyectos de infraestructura financiados a través de vigencias futuras. Esta medida busca optimizar el uso de los recursos y garantizar la efectividad de las inversiones en obras públicas.
«Es hora de revisar hasta dónde podemos reformular algunos elementos de las vigencias futuras que están comprometidas pero en donde la obra no está respondiendo», declaró Bonilla, haciendo hincapié en la necesidad de maximizar el impacto de los fondos destinados a infraestructura.
El ministro subrayó que la renegociación de contratos no implica una revisión arbitraria de compromisos, sino una evaluación cuidadosa de aquellos proyectos que no están cumpliendo con sus objetivos previstos. Este enfoque busca liberar recursos para financiar nuevas obras prioritarias y mejorar la eficiencia del gasto público.