Por: Víctor Marenco Boekhoudt.
El Junior de Barranquilla lleva tres derrotas en línea, dos de ellas en Bogotá y una aquí por el mal rechazo del goleador del equipo. Pasó de ser el líder del Campeonato, a convertirse en el hazme reír de todos los equipos y de todos los comentarios sueltos en una semana. Cuando lanzas una serie de opiniones que están ligadas a este equipo, y desde antes ya conoces que el mismo refleja una serie de liganzas que están correlacionadas con el ámbito del Caribe y con sus creencias, tienes que empezar a cavilar en cuáles son sus estertores y cuáles serán las proyecciones en que andarán. Esta recaída tiene su responsables y no es una persona, son varios… y entre ellos tenemos que destacar el tridente que siempre los define como tal: el técnico, el conjunto de los jugadores y los dueños del equipo. La fanaticada o la hinchada o como quieran llamarlos, siempre estará expectante y colocando sus anhelos más allá de todo lo que ocurra dentro del equipo; ellos son los que pagan…
Iniciemos por considerar el respeto por los cambios geográficos o dicho de otra manera, por las diferencias de altitud en esta geografía tan disímil y ecléctica, como es la colombiana. Ya estamos cansados de decir que no es lo mismo jugar a 2600 metros sobre el nivel del mar que en las orillas de la playa. Arturo Reyes lo sabe y tiene toda la potestad suficiente para hacer los correctivos necesarios. Sin embargo, no referenciamos los últimos dos resultados de Bogotá si no consideramos, que por pecar en ser gananciosos, otorgamos la iniciativa. En pocas palabras, usted no puede tirárselas de “creído” y afianzarse en el hecho de que por tener los dos goleadores del Campeonato usted va a meterla a cada rato… ¡No señor!, esa es una disquisición que se sale de los ámbitos del devenir futbolístico y en muchas ocasiones, es hasta saludable otorgarle el derrotero al contrario para uno saber contragolpear, más si sabes de sobra que a los 60 minutos todos están jadeando… Ese onanismo futbolero es el causante de todos los problemas cuando empiezas a migrar fuera de los ocho seleccionados. Ahí es donde inician las preocupaciones y los desagravios…
Por tanto acá lo importante no es el mero resultado, sino la trascendencia de un actuar deportivo que va en pos de propósitos que están ya fuera del rango de nuestras aspiraciones y de nuestras visualidades. Yo acojo la ponencia de que se deben ganar campeonatos para aspirar a otras alturas, pero lo que de verdad se palpa y lo que se desea dentro de la fanaticada, es ganar un campeonato internacional que ya lo tuvimos ad portas y especialmente la Copa Libertadores. Las estrellitas en el escudo como tal, y ya no me rayan el ojo… y así de esa manera lo voy a seguir afirmando como lo determinamos tiempo atrás: Este es el equipo regional más grande del mundo para que lo sepan y bajo esta égida, se escenifica un atractivo que aglutina toda una serie de subregiones dentro del Caribe, que palpan y laten por una expresión futbolística que merece respeto, trabajo, ganas y enjundia (atento jugadores). Lo impredecible en estas entelequias es que al escalar, no se captan y ni se pueden predecir las consecuencias deportivas, y por ende, todas las demás que van adosadas al mismo propósito, como las políticas, las etnográficas y las sociales, por decir apenas algunas… El Junior es el reflejo de tener ninguneada a toda una región y especialmente, en la actualidad con unos comentaristas deportivos como ese mal parado calvo de marras, que en su odio y su saña, carga inveteradamente contra la región y sus habitantes. ¿Por qué no tener nuestros propios locutores y comentaristas?.
Aquí en el Junior está el mejor contragolpeador de Colombia, el más veloz del país, un “enamorado” de la pelota y quizás uno de los jugadores más rápidos dominando el balón en el mundo para que lo sepan… Y sin embargo, le decimos como varios opinadores lo han expresado (y hasta los técnicos les hacen caso), que no corra tanto porque deja atrás a los otros compañeros (carajo, otra vez tengo los labios cuarteados y no me puedo reir). No sé si ellos harán las rememoraciones de años atrás cuando Luis Díaz, antes de ir a Europa, hacía lo mismo y se convirtió en estrella rutilante de nuestras ensoñaciones. Pues para que lo tengamos como referencia, ese mismo Luis Díaz significó para el Junior la mayor entrada en dinero de toda su historia no joda… Por tanto en esos allendes, más cerquita de las estrellas, no es mala idea esperar un poco y proyectar esas lanzas cebadas para aprovechar la ocasión, sin compasión y sin vaselina…
Simplemente yo les propongo algo muy sencillo: apelemos a la sensatez… Hay que ser prácticos y hacer lo más fácil para lograr esos resultadismos de puntos y posiciones. Ya la Copa Suramericana no nos raya el ojo. Fue nuestra hasta que a un “pecho frío” terminó helándosele el corazón y ahora, vociferando contra nosotros (qué manera de cerrar las puertas al respeto)… Es la Libertadores lo que queremos y ¿por qué no?, ser campeones del mundo. Estos “opinadorcitos” no saben hablar del más allá porque no han andado el mundo. No se rían carajo, si nos enjundiamos será más fácil de lo que parece… Si hay algunos políticos que quieren desligar sus propuestas y alternativas de lo que es el Junior, simplemente porque en cuestión de posesión pertenece a sus rivales, hay que decirles que están muy equivocados. Esa es una pelea perdida y las razones para explicarlas sobran en gran medida. Tampoco es que sea opción de un gobierno o de otros, porque precisamente el mandato es indiferente al deporte; al contrario, debe apoyar rotundamente y con las mejores intenciones más aún, cuando hay muchos que “hinchamos” por el gobierno actual. Ahora, que existan atajos para acceder a réditos o prebendas económicas utilizando el nombre del Junior, eso sí es cierto… pero ahí está el equipo…
Yo crecí con él desde mi niñez y fui al Romelio… y asistí a los primeros partidos de la Libertadores contra los argentinos, uruguayos y los demás. Presenciamos esos primeros roces internacionales cuando éramos apenas unos bisoños advenedizos. Ahora no, ahora es diferente, hemos crecido, aquí juega la Selección, hay reconocimiento internacional y por tanto, no podemos quedarnos en esas efimerías que tanto daño nos hacen y que nublan el horizonte. No es por el cumpleaños centenario de este año y tampoco son motivos de bolsillo. No sean ilusos: esta hinchada “asustadora” como lo dijo un pasante de tantos, es la razón de ser de estas entelequias tímbricas y si usted no lo sabe, esa vaina puja como el carajo. Si no me creen en lo que es esa dimensión, pregunten a las barras de otros recónditos el porqué no se atreven a venir en masa a apoyar a sus equipos al Metro. Algunos de ellos se fueron con sus cuchillos y cuchilladas entre las piernas cuando aquí quisieron mostrarlos… Pregunten carajo para que se percaten de qué estamos hechos y por dónde es que le entra el agua al coco. Si en paz vienen, en paz regresarán… Si nuestro libertador Simón Bolívar escogió a sus primeros guerreros, en su gesta libertaria continental a gente de esta zona, fue por algo de peso y quizá por una razón sustancial: ¡POR EL SABER ABSOLUTO DE NUESTRO QUERER SER QUE SIEMPRE PROFESAMOS!.









