Esa imagen morbosa, distorsionada y llena de perfidia con que nos pintan lo que busca es satanizarnos para que la ciudadanía no nos mire con buenos ojos.
La muerte de la joven Adamaris Verdugo Almagro ocurrida en la tarde de ayer, vuelve a estremecer la Universidad del Atlántico. Infeliz circunstancia para que los medios de comunicación amarillistas vuelvan a despotricar de la Institución porque coincidencialmente dos mujeres en menos de un año han perecido al caer de sus edificios y ambas con antecedentes psiquiátricos.
La universidad necesita cura. A la universidad la gente va a matarse. La universidad se ha convertido en un ‘campus santo’, etc, son algunos de sus protervos comentarios a los que se unen los sectores enemigos de la actual administración pero que última instancia recaen en nuestra Alma Mater.
Somos más de 30.000 personas entre estudiantes, profesores y trabajadores distribuidos en las distintas sedes, cantidad suficientemente grande y compleja donde no estamos exceptos de accidentes, incluso como estos que lamentamos profundamente, pero que no se deben tomar para arrojar toda la mala leche contra la Institución, la cual es lo más importante.
Porque esa imagen morbosa, distorsionada y llena de perfidia con que nos pintan lo que busca es satanizarnos para que la ciudadanía no nos mire con buenos ojos y cunda la deserción estudiantil para acabar con lo público, única opción de educación superior para las clases humildes de Barranquilla, el Departamento y la Costa Caribe.
Desde esta PÁGINA amistosa, hacemos un llamado a todas las fuerzas vivas de la ciudadanía en general a cerrar filas en defensa de la universidad pública, única fortaleza académica real que tenemos para la superación de la juventud y que esta no termine en un residuo social sino en agentes de desarrollo, cambio y prosperidad. Amamos la vida, los necrofílicos son ellos.
Barranquilla, febrero 21 de 2024
Fuente: pepecomenta.com.
