‘Tororoi del Dorado’, la nueva especie de ave de la Sierra Nevada

En un giro emocionante para la ornitología y la conservación de la biodiversidad, Nemesio Andrés Gulfo, miembro del equipo de la Fundación ProAves, hizo un sorprendente hallazgo en la Reserva ProAves El Dorado. Se trata de una enorme grallaria, provisionalmente llamada ‘Tororoi del Dorado’ (El Dorado Antpitta en inglés).


Esta ave, similar a una perdiz con patas largas y sin cola, ha pasado desapercibida durante décadas, oculta en los bosques subtropicales de Colombia.


El descubrimiento se produjo mientras el ave se alimentaba en el suelo cerca del restaurante de la reserva, captando la atención de Gulfo y otros investigadores de ProAves. Inicialmente, la especie fue confundida con la grallaria ondulada, pero una semana de observaciones intensivas, grabaciones de sus cantos y la captura de un individuo adulto confirmaron que se trataba de una nueva especie para la ciencia.


Con características únicas, como una cabeza gris contrastante con dorso y alas oliváceas, además de una ‘barba’ blanca y un collar negro distintivo, esta especie ha logrado esquivar la detección durante años. Su vocalización, similar a otras aves de la reserva, ha contribuido a su discreción frente a los observadores de aves y ornitólogos que han visitado la región desde 2005.


Este descubrimiento resalta la importancia de la Reserva El Dorado para la conservación de la biodiversidad. Protegiendo más de 20 especies de aves endémicas y una amplia variedad de flora y fauna, la reserva es un tesoro natural invaluable. Sin embargo, la amenaza de la deforestación en las montañas de Santa Marta pone en peligro la supervivencia de especies como el Tororoi del Dorado. El auge inmobiliario, impulsado por el cambio climático, está acelerando la pérdida de hábitat y presionando los frágiles ecosistemas de la región.


A pesar de este emocionante hallazgo, la Fundación ProAves advierte sobre el futuro incierto de esta nueva especie. Con una población aparentemente pequeña y amenazada, el Tororoi del Dorado enfrenta desafíos significativos para su supervivencia a medida que su hábitat continúa disminuyendo.


Este descubrimiento debería ser un momento de celebración para Colombia, pero también es un recordatorio urgente de la necesidad de proteger y preservar los ecosistemas naturales para las generaciones futuras.