16 de diciembre de 1485, nace Catalina de Aragón

Reina de Inglaterra por su matrimonio con Enrique VIII. La ruptura de este enlace -a la que se opuso el papa Clemente VII- causó la separación de Inglaterra del Catolicismo y el nacimiento de la Iglesia Anglicana en 1534.

El 11 de junio de 1509, Enrique VIII rey de Inglaterra contrajo nupcias con Catalina de Aragón  la hija de los Reyes Católicos; Fernando e Isabel de España, matrimonio poco afortunado, con un final desastroso, que causó graves daños al Papado, la creación de la Iglesia Anglicana y la ruptura total entre el reino y el  Catolicismo.

Catalina nació el 16 de diciembre de 1485, en España en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, hija de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, quienes arreglaron su matrimonio con Arturo, herededero a trono inglés.

La idea de tal enlace era establecer una alianza entre Inglaterra y España que sería lo más poderoso de toda Europa, pero tras 18 años de unión, Catalina no había podido darle un heredero a la Corona. 

Catalina tenía tres años cuando fue prometida en matrimonio al príncipe y el matrimonio se llevó a cabo en 1501, pero Arturo falleció 5 meses después. En 1509, contrajo matrimonio con Enrique VIII quien accedía al trono inglés tras la muerte de su hermano.

Ella tuvo seis embarazos, tres de varones y tres de hembras, de los cuales sólo sobrevivió María, a la que Enrique nunca consideró como verdadera sucesora al trono inglés.

Esta frustración y el haberse prendado de Ana Bolena, dama de compañía de Catalina, impulsaron a Enrique a solicitarle al Papa Clemente VII un permiso para librarse de su esposa y casarse con Ana, pero el Pontífice no podía acceder. Catalina era tía del poderoso rey español Carlos V y conceder lo que pedía el soberano inglés, le habría a significado a Clemente su caída y quizá la muerte.

Para evitar conflictos con los omnipotentes monarcas europeos de la época, los Papas accedían a tipos de peticiones como la del Enrique VIII, pero este caso era del todo diferente. Clemente VII estaba bajo el dominio completo de Carlos V, quien lo había hecho prisionero, y en modo alguno podía proceder contra la tía de este emperador.

Por tres años, Enrique estuvo esperando un fallo papal a su favor, pero este jamás llegó. El rey, fiel y devoto católico no tuvo más remedio que acceder a la solución que le presentara su consejero de confianza, Thomas Cromwell, que no era otra que desconocer al Pontificado y separar a la Iglesia inglesa de Roma, creando una congregación diferente, un departamento espiritual del Estado, pero teniendo al monarca como único representante. Nacía la Iglesia Anglicana en 1534.

Al año siguiente, el Parlamento aprobó la denominada Acta de Supremacía, que convertía al rey -en este caso a Enrique VIII- como el director supremo de la nueva congregación. 

Católico convencido, Enrique -si bien se mostró duro con los opositores- no se apartó en demasía de los principios de Roma. La Iglesia Anglicana es católica y  sigue fiel a la doctrina y enseñanzas de los primeros apóstoles,  guardando el ministerio apostólico entregado a ellos por Cristo.

Una de las diferencias básicas es que mientras en el Catolicismo el Papa es el máximo representante de Dios, entre los anglicanos, los reyes son los jerarcas.

Enrique acto seguido, disolvió los poderosos monasterios eclesiásticos y se apoderó de sus enormes riquezas. Distribuyó las tierras de los monjes entre los miembros de la nobleza utilizó el dinero para fortalecer el poder real, favorecer el desarrollo de la industrialización incipiente de mitad del siglo XVI y desarrolló la marina, con lo que poco a poco fue colocando a Inglaterra a la cabeza de las potencias europeas.

El 25 de enero de 1533 Enrique VIII se casó en secreto con Ana Bolena, matrimonio que después fuera reconocido por la nueva Iglesia, la Anglicana, en ceremonia dirigida por el arzobispo de Cantérbury, Thomas Cramer quien había declarado nulo el enlace con Catalina de Aragón.
Esta segunda boda del monarca inglés, tampoco terminó bien y Ana fue decapitada  en la Torre de Londres el 19 de mayo de 1536, acusada de diversos delitos contra la Corona.

Catalina de Aragón dama que había sido muy querida y respetada en Inglaterra murió el 7 de enero de 1536 en el castillo de Kimbolton, donde residía con el título de Princesa Viuda de Gales, en reconocimiento a su primer matrimonio, enlace contraído con Arturo, hermano mayor de Enrique, quien falleció a los seis meses de las nupcias.

Era tan admirada y respetada, que aún hoy su tumba se llena de flores y tarjetas cada año y cada 20 de enero, se clebra una misa católica en su honor.

Fuente: Pepe Comenta.