El Cartagena Festival de Música es declarado Patrimonio Cultural de la Nación

El compás de la música en Colombia encuentra una sinfonía perfecta en el Cartagena Festival de Música, que, tras 17 años de armonía, alcanza un hito monumental con la aprobación de la Ley 2340. Esta ley reconoce y enaltece el papel esencial del festival como plataforma de formación musical, promoción artística y acceso universal a la música.
Cada enero, Cartagena se convierte en el epicentro de la armonía, congregando a brillantes talentos musicales, eruditos y un público diverso en distintos espacios culturales de la ciudad. La magia musical no conoce límites gracias a su transmisión televisiva, radial y gratuita en streaming, extendiendo su encanto más allá de las fronteras nacionales.
Este evento no solo celebra la excelencia musical, sino que también cultiva el futuro talento al integrar a jóvenes músicos de comunidades con desafíos sociales en la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Cartagena.
La Fundación Salvi, gestora del festival, ve este respaldo legislativo como un triunfo compartido con la sociedad colombiana, instituciones públicas y colaboradores. Su compromiso es seguir siendo pioneros en la promoción de la música y la cultura.
Pero eso no es todo. La Ley 2340 destaca la creación de la Cátedra Salvi de lutería de instrumentos sinfónicos y tradicionales en varias ciudades del país, asegurando recursos para la Orquesta Sinfónica, la preservación de espacios del festival y el acceso a la música para todos a través del Bono Cultura.
En su edición del 2024, del 5 al 13 de enero, el festival se sumergirá en la ‘Sinfonía de la Naturaleza’, explorando cómo la naturaleza ha inspirado a compositores del norte de Europa, prometiendo una experiencia musical inolvidable.
El Cartagena Festival de Música, ahora respaldado oficialmente como un tesoro cultural, despierta una expectativa palpable en la comunidad musical y cultural, anticipando un evento que no solo resuena, sino que deja una huella indeleble en el corazón y el espíritu de todos. ¡A afinar los oídos para escuchar la magia de la naturaleza convertida en melodías sin igual!