En un intento por formar un nuevo gobierno, el rey de España Felipe VI ha propuesto a Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista (PSOE), como candidato a la presidencia del Gobierno español.
Esta decisión se produce luego de que Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), no lograra obtener los apoyos necesarios para ser investido.
La propuesta de Felipe VI fue dada a conocer a Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, quien informó que Sánchez podrá comenzar formalmente las negociaciones con otros partidos políticos en busca de los votos necesarios para su investidura.
El fracaso de Feijóo en la obtención de apoyos en las dos votaciones realizadas en el Congreso ha llevado a la convocatoria de un nuevo pleno de investidura con la candidatura de Sánchez. Se espera que este pleno tenga lugar cuando las negociaciones políticas estén «maduras», teniendo como fecha límite el 27 de noviembre.
El Partido Socialista cuenta con el apoyo de sus 121 diputados, a los que se sumarían los 31 de la coalición de izquierdas Sumar. Asimismo, se espera que los 6 diputados independentistas vascos de EH Bildu y los 5 del PNV apoyen la investidura. Sin embargo, existe incertidumbre en cuanto al apoyo de los independentistas catalanes y el partido nacionalista gallego BNG.
Los independentistas catalanes han exigido a Sánchez que apruebe una ley de amnistía para los políticos condenados por el intento de secesión de Cataluña en 2017, así como avanzar en el reconocimiento del derecho de autodeterminación para celebrar un referéndum de independencia. Por su parte, el BNG ha advertido que no garantiza su apoyo.
En primera instancia, Sánchez necesita obtener una mayoría absoluta de 176 escaños para ser investido. En caso de no lograrlo, se llevará a cabo una segunda votación donde solo requerirá una mayoría simple. En caso de no conseguir la investidura, las Cortes se disolverán y se repetirán las elecciones generales el 14 de enero del próximo año.
