La automedicación, una práctica común en todo el mundo, está generando preocupación en los sistemas de salud. A menudo, las personas toman medicamentos basándose en consejos de amigos o experiencias previas, sin darse cuenta de los riesgos que esto implica.
La resistencia bacteriana es una de las consecuencias más graves de la automedicación, y su crecimiento alarmante preocupa.
Consultamos al Dr. José Alejandro Daza Vergara, médico epidemiólogo de investigaciones del Hospital Universitario Mayor Méderi, quien enfatizó que consumir medicamentos sin prescripción médica o sin supervisión de un profesional de la salud es una práctica no recomendable. Esto puede alterar el curso normal de una enfermedad y desencadenar efectos adversos.
El Dr. Daza Vergara destacó que la ingesta inapropiada de medicamentos está generando resistencia a los medicamentos de primera línea, con un enfoque preocupante en los antibióticos. El uso indiscriminado de antibióticos, especialmente en afecciones respiratorias, está contribuyendo a esta resistencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que enfermedades como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia y las enfermedades de transmisión alimentaria se vuelven cada vez más difíciles, e incluso a veces imposibles, de tratar debido a la resistencia bacteriana. Un estudio de la publicación científica Embo estima que para el año 2050, las muertes relacionadas con esta situación podrían alcanzar los 10 millones de decesos anuales en todo el mundo.
El Dr. Daza Vergara enfatizó la importancia de que los pacientes sigan las indicaciones de los médicos y eviten el consumo de antibióticos a menos que estén indicados y sean parte de un tratamiento supervisado por un profesional de la salud. También hizo un llamado a los regentes de farmacia para que entreguen las formulaciones tal como están descritas, evitando la dispensación inapropiada de medicamentos.
Recomendaciones claves
- Tomar medicamentos solo cuando sean recetados por un profesional de la salud certificado.
- Evitar recurrir a antibióticos a menos que sea absolutamente necesario.
- No utilizar antibióticos ni medicamentos que hayan sobrado de tratamientos anteriores.
- Elegir alimentos producidos sin el uso de antibióticos con el fin de estimular el crecimiento o prevenir enfermedades en animales sanos.
La lucha contra la resistencia bacteriana es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de profesionales de la salud y pacientes. La toma responsable de medicamentos es esencial para preservar la eficacia de los tratamientos médicos y garantizar un futuro más saludable para todos.