Por Reynaldo Mora Mora
En esta línea de pensamiento don fundamentales las nociones de delimitación de currículo y formación de abogados, con el objeto de articular conceptualmente el quehacer de las Facultades de Derecho con la realidad social. Esta discusión ha alcanzado un desarrollo importante en los últimos veinte años incorporándose como investigación. Se trata de abrir un debate a la problemática: un estatuto científico sobre la relación del currículo con la formación de abogados, para ahondar en el carácter científico de las elaboraciones conceptuales en el terreno del derecho. Esto es, exponer la polémica en torno a las ciencias del derecho en la perspectiva de formar acorde con el contexto y la pertinencia.
Debe subrayarse que es un tema espinoso en relación con la fragilidad del campo de esta configuración, en el aspecto epistemológico principalmente, pero también en cuanto a las prácticas jurídicas, en la búsqueda de la especificidad de las ciencias del derecho. Cualquier tipo de respuesta a este problema parece poner directamente en juego el status de la disciplina del derecho, su respetabilidad, y a la postre, su resonancia social. Es así, como en el horizonte de la formación de abogados están flotando los temas de una marginalidad frente a las problemáticas sociales. No se puede decir que este formar las pone en evidencia como una creación fundante e instituyente de las misionalidades de las Facultades de Derecho.
Sostenemos una doble hipótesis en relación con las problemáticas sociales que deben ser asumidas por estas Unidades Académicas. Por un lado, afirma que el derecho es una disciplina de concentración o centralización de conocimientos en torno al objeto misional de los programas de derecho, más que la creación de un nuevo ámbito científico, con conceptos, teorías e innovaciones curriculares. La necesidad de tal concentración se da en la medida en que se requieren clarificaciones en el terreno del currículo, así como el dominio de un cuerpo teórico básico por parte de los constructores de los constructores dedicados al campo.
Por otro lado, debemos manifestar que la gran diversidad de acciones curriculares formativas son originadas de las demandas sociales por la creación de conocimiento para impactar el sistema judicial, al tiempo que han generado múltiples prácticas jurídicas vinculadas con los procesos formativos de las Facultades de Derecho, tal demanda ha originado las especialidades que van desde el abogado consultor, penalista, administrativista.
Desde esta doble hipótesis sostenemos que el derecho se ha constituido y construido culturalmente por su objeto epistemológico. Se interpreta esta afirmación en cuanto a que dicha constitución y construcción se viene dando, incorporando múltiples construcciones teóricas y conceptuales, para explicar las problemáticas sociales, la realidad del sistema judicial, siendo este el objeto, la cual funge como eje articulador de tales construcciones.
La conclusión en cuanto a esta configuración del campo del derecho en diálogo con el currículo, se refiere a: 1. La necesidad de llevar a cabo trabajos especializados, en la medida que éstos son la veta de mayor vitalidad, a partir de la cual se pueden llegar a hacer contribuciones al campo intelectual del derecho, a través de incorporar en éste los aspectos más avanzados de él y de las disciplinas que explican el derecho en sociedad. 2. La necesidad de identificar estudios e investigaciones interdisciplinares, en la medida en que éstas permiten tener una visión más completa y profunda del campo, así como trabajar con las problemáticas sociales de éste, las cuales, son los puntos neurálgicos de la investigación sociojurídica: las prácticas jurídicas en relación con los problemas de las normas en la sociedad.
Solo de esta manera esta investigación permite una construcción teórica sobre lo judicial. Desde nuestro punto de vista, este tipo de estudio, es una veta fundamental de producción conceptual, en la medida que se logre un verdadero trabajo de articulación conceptual con las problemáticas sociales.
El derecho, ha alcanzado en los últimos decenios un extraordinario desarrollo, tanto en lo que se refiere a la expansión cualitativa y cuantitativa de la investigación sociojurídica, como en lo que afecta a los modelos conceptuales de la enseñanza del derecho. Se hace necesario el replanteamiento epistemológico en cuanto a la ciencia del derecho, en la medida en que se ha dado un incremento considerable de datos científicos que han sido capitalizados por el sistema judicial, desde las múltiples relaciones disciplinares que se desarrollan hoy en día en torno al análisis de lo judicial.
Tenemos, que para lograr un avance significativo en el campo del derecho, proponemos la realización de trabajos históricos que rescaten en la especificidad de los desarrollos de las prácticas y discursos curriculares de la formación de abogados sus aspectos filosóficos referidos a la dimensión epistemológica, así como el análisis de las líneas concretas de investigación sociojurídica que se desarrollan en las Facultades de Derecho.
Es importante subrayar que la denominación de campo del derecho dedicado, en nuestro trabajo doctoral que estamos adelantando, no es un simple cambio de términos sino que implica un cambio de fondo en cuanto a conceptos y metodológicos en torno al tratamiento de lo jurídico como objeto de estudio, como objeto teórico. En resumen, y como conclusión de las anteriores consideraciones podríamos decir que el cambio conceptual operado a partir de la Constitución Política de 1991 en la denominación de nuestro campo disciplinar no es arbitrario y casual, sino que responde a transformaciones profundas en los contenidos de enseñanza del derecho, diseño curricular, objetivos de la formación de abogados.