Izquierda suramericana pretende relanzar la Unasur con modificaciones

Líderes de la izquierda suramericana, que se reunieron el viernes y sábado en Montevideo, manifestaron, en diálogo con la agencia Sputnik, su intención de relanzar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) con algunas modificaciones para que sirva de plataforma en la integración regional.

«Soy partidario de impulsar la Unasur porque es una institución en la que ya están incluidos siete de los 12 países de América del Sur. Si hay algo que América Latina no puede seguir haciendo es crear organizaciones desprovistas de contenido. Creo que a la Unasur hay que hacerle muchos cambios», dijo a Sputnik el exministro de Economía y Comercio de Chile, Carlos Ominami.

En la misma sintonía, la exsenadora uruguaya y expresidenta del opositor Frente Amplio Mónica Xavier dijo a la Agencia Sputnik que «sin duda la Unasur merecería algunas modificaciones y es importante ver allí un andamiaje jurídico que es muy costoso en años de implementar para las estructuras de integraciones».

«Los organismos multilaterales tanto políticos como económicos financieros son instrumentos que evolucionaron de acuerdo a las problemáticas que enfrentamos y la Unasur tiene que ser adecuada para que tenga universalidad para contribuir en la integración», reflexionó, en diálogo con esta agencia el dirigente histórico del oficialista Partido de los Trabajadores (Brasil) y exgobernador de Río Grande del Sur, Tarso Genro.

Por su parte el excanciller y exvicepresidente uruguayo Rodolfo Nin Novoa se definió, en diálogo con la agencia Sputnik, como «defensor de la Unasur» y aseguró que «es imprescindible que volvamos otra vez a buscar este tipo de experiencias, que siempre tuvieron mala prensa porque los medios hegemónicos no le gustan estas propuestas de unidad y prefieren fraccionamientos entre países para poder manejar mejor sus intereses».

«La experiencia de la Unasur fue buena, me parece que se puede impulsar el agrupamiento y la vuelta a los mecanismos de intercambio, diálogo político sobre infraestructura y de justicia social. La Unasur había logrado que todos los ciudadanos de Sudamérica podían ir a cualquier país durante 90 días solo presentando la cédula. Eso construye identidad, región», indicó Nin Novoa.

Las declaraciones de los líderes de izquierda se dieron en el marco del evento que se realizó el viernes y sábado llamado Coloquio Montevideo por la Integración Sudamericana.

Líderes de la izquierda de América del Sur y analistas se reunieron en dicho evento, realizado en Montevideo, para elaborar un documento común sobre integración regional que será llevado a la reunión de mandatarios suramericanos convocada por el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, para la próxima semana.

El encuentro se realiza en vísperas de una reunión de mandatarios de la región convocada por Lula en Brasilia para el 30 de mayo, y que tendría como objetivo un relanzamiento de Unasur.

AUTOCRÍTICA

Durante el evento, el expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) consideró que en la primera ola de Gobiernos progresistas se realizaron «muchas cumbres, muchos hoteles, pero no construimos algo duradero porque las ideas de integración las manejaron intelectuales o los gobernantes».

«Quedamos prisioneros del consenso, desarticulamos a la Unasur porque no nos pudimos poner de acuerdo para nombrar al presidente. Hay que tener un espíritu mucho más flexible porque no nos vamos a integrar ni en el año del golero», agregó.

La integración tiene que llegar a los sindicatos, organizaciones populares y a los partidos políticos, reflexionó.

Por su parte, Xavier afirmó, en diálogo con la agencia Sputnik, que uno de los objetivos del evento es pensar la experiencia de la Unasur, así como otras en materia de integración regional durante la primera ola de Gobiernos progresistas de forma «autocrítica».

«Lo que pasó con la Unasur no obedece exclusivamente a errores, pero también los hubo. Obedece a una excesiva ideologización, y si bien este es un tema esencialmente político, dentro de las definiciones tiene que primar hacer una estructura que sobreviva a los cambios ideológicos de los gobiernos de los países de la región», afirmó.

Para la exsenadora uruguaya, el grupo «tiene que ser una estructura que nos contemple a todos».

«Uno puede ver algunos pecados de la Unasur y de otras estructuras que pretendieron sustituirlas y que no llegaron a un buen puerto como es el Prosur (Foro para el Progreso de América del Sur)», señaló.

Xavier sostuvo que los Gobiernos tienen que ser capaces de generar una estructura que «dé soluciones, sea sostenible en el tiempo y supere los vaivenes político-ideológicos».

REGLA DEL CONSENSO

Este proceso de reactivación tiene que tener una nueva agenda ante una región que «ha cambiado sustancialmente», previendo temas como la inteligencia artificial y soberanía alimentaria, indicó el viernes el expresidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998).

«Hay que hacer reformas. La Unasur necesita un nuevo vestido, un nuevo estatuto tendría que empoderar al secretario general, que tenga poder de decisión. Hay que empezar a cambiar la cláusula del consenso», agregó.

En la misma sintonía, Ominami dijo a Sputnik que «hay que terminar con la regla del consenso».

«La regla del consenso le dio a un solo país el derecho a veto. Eso facilitó la tarea de los Gobiernos de los conservadores que en 2018 tuvieron éxito en paralizar a la Unasur», reflexionó.

Este proceso de reactivación tiene que tener nueva agenda ante una región que «ha cambiado sustancialmente», previendo temas como la inteligencia artificial y soberanía alimentaria, indicó Samper.

El evento en la capital uruguaya, organizado por el Instituto Novos Paradigmas y por la Fundación Chile 21, cuenta con tres mesas de debates sobre la integración: la primera aborda el punto de vista empresarial y la cooperación científico-técnica, la segunda el mundo del trabajo y la tercera una nueva institucionalidad política; posteriormente habrá una declaración final.

La Unasur fue fundada en 2008 con la idea de incrementar el intercambio cultural, social y comercial en el sur de América Latina y desde esa región con otras del mundo.

Inicialmente, estuvo conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

No obstante, el bloque está en crisis desde 2018 por diferencias políticas entre sus países miembros y se encuentra paralizado desde abril de 2019.