Abril 12 1555, muere Juana La Loca, reina de Castilla

Se dice que muy enamorada de su esposo, Felipe I de Castilla, apodado El Hermoso, no soportaba los devaneos y las aventuras eróticas de su consorte. Los celos, la hicieron enloquecer según algunos historiadores

Por PepeComenta

Cuando se menciona a los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, en especial en América, sólo se les recuerda por Cristóbal Colón y el Descubrimiento. Casi nadie alude a la gran tragedia vivida por su tercera hija, Juana, a quien apodaron La Loca, dama que perdió la razón por amor, fue encerrada, torturada y murió recordando a su amado Felipe El Hermoso.

Juana, manifestó muy pronto sus intenciones de ser monja, pero esos no eran los planes de los padres.  

Dueña de grandes aptitudes para para la danza, la música, y en especial el clavicordio, amén de una excelente formación humanista, bien pronto hizo que sus progenitores, decidieran para ella un matrimonio de conveniencia, que les permitiera consolidar sus objetivos estratégicos de ensanchar su reinado .

Parece una tesis aceptada que Juan de castilla sí estaba loca y que su enajenación mental provenía de los celos. Ella estaba muy enamorada de su esposo Felipe El Hermoso, quien no vacilaba en enamorar a cualquier dama que se atravesase en su camino (https://senenderezo.com/2021/03/05/juana-la-loca/)
Parece una tesis aceptada que Juan de castilla sí estaba loca y que su enajenación mental provenía de los celos. Ella estaba muy enamorada de su esposo Felipe El Hermoso, quien no vacilaba en enamorar a cualquier dama que se atravesase en su camino (https://senenderezo.com/2021/03/05/juana-la-loca/)

Tales motivos llevaron a los Reyes Católicos a planificar su enlace con un príncipe de Borgoña, hijo de Maximiliano I del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado Felipe, cuando ella tenía apenas 16 años.

Juana partió para Flandes para casarse y los supersticiosos -según la Revista Anubis- creyeron que aquello terminaría mal.  Esta presunción de desastre de algunos, pareció que se materializaba que se presentaron durante el viaje, pero al final, los novios se encontraron y desposaron..

Pero a pesar de las circunstancias en que fue concertada la unión, hubo una gran atracción inicial entre los contrayentes, sobre todo en Juana, quien sucumbió ante los encantos de Felpe al primer impacto.

Los problemas mentales de Juana, comenzaron a manifestarse pronto y su embarazo en 1498 fue el detonante. Felipe volvió a sus andanzas de conquistador a ultranza, de enamorado permanente de la damas de compañía, lo que Juana no fue capaz de soportar.

De manera inmediata empezó a exigirle fidelidad a su esposo, y a someterlo a una estrecha vigilancia, pero Felipe no cambió de actitud.

Juana puso todo su empeño en retenerlo y retornar a las relaciones apasionadas del principio, pero aunque salió embarazada 4 veces en siete años, todo fue infructuoso y ella empezó a dar muestras de problemas mentales:

Los rumores llegaron hasta la Corona Española y los monarcas enviaron al embajador de Flandes, que era el obispo de Córdoba para observarla, pero no se sabe por qué causas, si por simpatías hacia ella o desconocimiento del tema, dijo que todo era normal. 

-Habida por muy cuerda y por muy asentada- En persona de tan poca edad no creo que se haya visto tanta cordura- dijo.. 

Sin embargo, su segundo hijo había nacido en 1500, en un retrete en el Palacio de Gante, porque ella a pesar de la proximidad del parto, había decidido ir a una fiesta que allí se celebraba, sólo para vigilar a Felipe.

Y antes, había agredido a una dama de compañía, a quien cortó el cabello con sus propias manos, acusándola de mantener un romance con Felipe. 

Todas estas noticias sobre los problemas conyugales y  el probable enajenamiento mental de Juana, llegaron a oídos de su madre, la reina Isabel la católica, que ya había sufrido durísimos golpes: La muerte de su madre en 1455, la de sus jijos Juan e Isabel -ya reina de Portugal- y del pequeño hijo de esta última.

Su proverbial fortaleza se quebrantó poco a poco y murió el 26 de noviembre de 1504, dejando en su testamento a Juana com,o reina, pero quien tendría la regencia de su padre, Fernando.

Sin embargo y por decisión de la nobleza, quien gobernó Castilla fue Felipe El Hermoso hasta su muerte -de manera probable envenenado por Fernando- en 1506 y esto agravó la condición mental de Juana.

Fernando asumió la regencia, mientras Juana se deterioraba cada día más. No se cambiaba de ropa y a todas partes llevaba el féretro donde yacían los restos mortales de su esposo Felipe, por lo que fue recluída en el Monasterio Real de Santa Clara de Tordesillas, donde falleció en 1555, 46 años después.