- La realidad detrás de esta problemática aparentemente ‘normal’
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
Todos los seres humanos hemos experimentado el sentimiento de estrés en distintos puntos y situaciones de nuestra vida diaria, como una una respuesta normal de nuestro organismo a circunstancias que nos presentan algún desafío, y que puede ser provocado tanto por momentos felices, así como de tristeza.
Es importante saber que hay dos tipos principales de estrés, y que aunque es una sensación aparentemente normal, existe un límite. El estrés agudo puede ser ocasionado por una tarea pendiente y desaparece rápidamente, mientras que el estrés crónico (o el distrés), dura por un período de tiempo prolongado y se intensifica con el pasar de los días.
¿Qué es el estrés académico?
En palabras del biólogo y magíster en Neuropsicología, Carlos Alfonso Ardila Duarte, se define el estrés académico como una reacción de activación fisiológica, emocional, cognitiva y conductual ante estímulos y eventos académicos, que afecta los procesos de aprendizaje del estudiante y su salud, tanto física, como mental.
Ardila, quien ha venido estudiando este tipo de estrés desde hace aproximadamente 5 años, comparte a Diario LA LIBERTAD que desde el comienzo de su investigación percibió en los estudiantes ciertos síntomas mucho más delicados de lo que se puede creer o subestimar, además de algunos efectos de esta activación que genera una hiperactivación o producción excesiva de las hormonas del estrés.
Actualmente las incidencias en los estudiantes con distrés alrededor del mundo están por encima del promedio; mientras que algunos estudios hablan de una prevalencia entre el 40 y 80% y otros, del 60% y 80%.
Dentro de los hallazgos, a nivel cognitivo encontró afecciones en los procesos de inhibición, es decir, un efecto negativo en la capacidad del ser humano para inhibir o controlar las respuestas impulsivas, y generar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento. Desencadena también que se vea afectada la memoria de trabajo, lo que lleva a olvidar los compromisos y las tareas del día a día.
“Aunque resulte difícil de creer, esto predispone a las personas a tener accidentes caseros, laborales e inclusive, automovilísticos. Además, esta memoria es fundamental para los procesos de aprendizaje, y si no funciona, por más que un docente se esmere en tratar de guardar información en la mente de un aprendiz, no lo va a lograr”, incidió el experto.

Asimismo, agregó que otros de los procesos cognitivos superiores que también se ven afectados, es la función ejecutiva, la cual permite la adaptación del ser humano a un entorno ya sea ambiental o social. Esto permite que los estudiantes hagan inferencias incorrectas sobre lo que creen que las otras personas piensan sobre ellos, lo que finalmente afecta los procesos de empatía.
“Si yo no tengo empatía con las otras personas, puedo pasar por encima de ellas y no voy a caer en cuenta sobre lo que estoy provocando. Entonces ya a partir de este momento podemos tener una idea de todo lo que puede ocasionar el distrés en alguien que no es consciente de eso”.
Así como también se ve afectada la evocación y la capacidad que tiene nuestro cerebro de recuperar información que tiene guardada en determinado tiempo. El distrés también desencadenaría un desajuste en todos los sistemas del cuerpo y en definitiva existe una causa efecto de antelaciones orgánicas que si prevalecen, generarían síntomas y finalmente estos se convertirán en enfermedades.
Vale la pena destacar que estos desequilibrios del cuerpo también originan ausentismo en los estudiantes, pues a partir de la manifestación de enfermedades psicosomáticas, es decir, que no son provocadas por agentes externos, se presenta la ausencia en sus deberes académicos, sobre todo en épocas de exámenes.

“En esta época es cuando más encontramos quejas de temor en los estudiantes. Hay quienes dicen que se prepararon pero sin embargo no saben qué pasó o se quedaron en blanco. Justo ahí estamos teniendo problemas de evocación también porque se le dificulta responder a la exigencia que se requiere. Aquí ya afecta el proceso de aprendizaje del estudiantes y a su vez, también el rendimiento”, señala el magíster Carlos Ardila.
¿Quiénes están más propensos a sufrir de distrés?
En cuanto a los factores de riesgos, el magíster Carlos Ardila Duarte señala el ser estudiante y ser estudiante universitario; estudiar en el área de la salud; estar entre los 15 a 25 años, debido al proceso de cambios que se experimentan en la juventud y por último, el ser mujer.
Recomendaciones para manejar el distrés- angustia
Dentro de las recomendaciones dadas por el profesional para intervenir en el estrés, se encuentra el desahogarse y hablar sobre las causas que están ocasionando un bajo desempeño académico o están siendo un distractor en su aprendizaje. En segunda instancia está la actividad física y aeróbica, lo que permite disminuir en el cuerpo los niveles de cortisol, hormona liberada como respuesta a la angustia.
El agua, practicar un deporte, la risa, el sueño modulado y las técnicas de respiración también son opciones para mantener un equilibrio y disminuir toda la hiperactivación que se ha generado a partir de la angustia causada por una circunstancia que nos presenta algún desafío.
Finalmente, el experto destaca que el investigar y entender los diferentes desajustes que causa el distrés, le ha permitido desarrollar estrategias amigables y empáticas que en vez de sumar estímulos que intensifiquen el estrés en los aprendices, le posibilite ser facilitador de su proceso académico.
En algunos casos es posible requerir ayuda profesional intervenida para modular los niveles de estrés.
“No es fácil pedirle a un docente entender el estrés, a mí me costó más de 5 años hacerlo; sin embargo, siento que debemos tener un poco más de conciencia, le hemos dado mucha más prioridad a la excelencia académica y nos hemos olvidado del bienestar, y yo creo que deberíamos cambiar ese chip e incluir en todas las instituciones el hecho de brindar espacios que le permita a los profesores ser capacitados para primeramente ellos entender toda esta problemática y luego los estudiantes”, finalizó el experto.