¡Semana Santa sabe a dulce!

Por: Valeria Tuiran Contreras
Redacción Sociales

Año tras año en cada Semana Santa se impone la exquisita tradición del dulce en todos los rincones del departamento del Atlántico y de Colombia en general, una época en el que el paladar de los comensales se deleita con las populares recetas ancestrales de las comunidades afro, quienes sin falta llegan a los diferentes parques y espacios públicos para ofrecer sus productos y recordar a través de esta experiencia, el placentero sabor de la Semana Mayor.

Cocadas; conservitas tradicionales de tamarindo; dulce de ñame, coco, papa, mango, papaya, de leche, ciruela, guandú, mamón, piña, entre otros, son algunas de las delicias gastronómicas que adornan la mesa de las matronas y que son el complemento perfecto para que las familias disfruten de estas fechas.

Es importante no dejar de lado algunas combinaciones creadas por las palanqueras para innovar y expandir su oferta, tales como el de mongo-mongo, que lleva mamey, piña, corozo y ciruela, y es conocido como uno afrodisiaco; como también el de tomate con piña y mamey.

Una tradición que se mantiene vigente

Detrás de cada una de estas recetas de las comunidades afro hay una historia y un patrimonio ancestral que muchas portadoras de la tradición han decidido continuar. Una de ellas es doña Mayerlis Cassiani, una madre cabeza de hogar y quien ya cumple 20 años deleitando a los transeúntes del parque Surí Salcedo, lugar en el que se ubica ininterrumpidamente para esta época y en el que ya se le conoce por las delicias que ofrece.

Durante una entrevista con Diario La Libertad, Cassiani, sentada en su puesto de trabajo mientras espera muy contenta a los compradores, cuenta que desde la edad de 17 años acompañaba a su señora madre al mismo lugar a vender los dulces que esta elaboraba para el sustento de su familia y además, para aprenderle todo sobre las recetas que más tarde ella misma prepararía con la misma pasión que anteriormente vio en su progenitora.

Desde muy joven vi a mi madre realizar y vender dulces, a la edad de 17 años decidí aprender y puse mi propio lugar de ventas. Todos estos años he elaborado dulces con pasión, pasión que nos transmitieron nuestros antepasados los palanqueros y que hacen que estas recetas sean tan apetecidas por las comunidades”, resaltó.

En cuanto a la preparación de estas delicias, afirma que uno de los secretos para lograr un sabor perfecto sin importar la fruta o los tubérculos que se escojan, es realizarlos en fogón de leña y no en estufas a gas, ya que esta técnica le da un toque mucho más robusto y redondo a cualquier tipo de producto, además que “el ahorro para el bolsillo de nosotras las vendedoras es aún mayor”.

Doña Mayerlis destaca que la Semana Mayor no solo es una oportunidad para continuar manteniendo viva la tradición propia de las comunidades afro, sino también para el “rebusque” de aquellas familias que encuentran en esta época y en este oficio la opción de generar un ingreso económico extra que les permita llevar alimento a sus hogares.

“Yo soy madre cabeza de hogar, y sé que muchas de las mujeres que venden aquí dulces también lo son. Son varias las cosas que nos motivan a venir a los parques a vender, a exhibir los productos, y entre esas está el también poder llevarle un sustento a nuestros hijos.«

Finalmente, le extendió una invitación a la comunidad atlanticense a darse la oportunidad de endulzar estos días de fe, amor y reencuentro con Cristo, con cada una de las recetas que desde ya están siendo exhibidas en su mesa de trabajo, ubicada en el conocido parque Surí Salcedo de la ciudad de Barranquilla.