Dentro de las temáticas económicas, se establecen diversas relaciones entre diferentes conceptos que surgen en base a la economía de cada país para determinar diferentes cualidades del mismo. En una temática como la de la deuda externa, la cual es amplia y se relaciona con las obligaciones de una nación, se puede dilucidar desglosando diferentes elementos, cuales influyen de alguna manera a cada ciudadano en su economía personal.
Luego de que en los meses de mayo y junio la deuda externa Colombiana se mantuviera estable y sufriera una caída respecto al año 2020, se observa un aumento en el mes de julio.
Ese gran cambio está aconteciendo en Colombia actualmente, según lo que explicita el Banco de la República de Colombia, en junio del 2021 se encontraba un saldo que alcanzaba US$157.492 millones (51,7 % del PIB), luego en mayo, no sufre grandes cambios, si no que casi sigue en una estabilidad con un valor de US$157.488 millones. Incluso, estos porcentajes, muestran una baja en comparación al año 2020 y sus valores.
A diferencia de esta casi meseta de valores, se encuentran los últimos meses transcurridos en el año 2021, como se puede observar, en el mes de julio, un ascenso del 5,1% de la deuda externa pública y privada del país, con un valor de US$ 158.391 millones, dividiendo un 58,1% la deuda pública y un 41,9% de la privada.
A pesar de este aumento, se ve una buena proyección tanto para el 2021, como para el 2022, con un aumento en el PIB que significa que la capacidad económica de los habitantes colombianos está creciendo, lo que lleva a una mayor capacidad económica, capacidad de inversiones y de generación de empleo. Esto guarda relación con el incremento que se observa de la demanda crediticia que se da en el país, con un total de US$88.210 millones en préstamos y US$4.039 millones en créditos comerciales.
Los créditos comerciales, es decir, los aplazamientos en el pago de bienes o servicios, es una dinámica utilizada que se vió en alza por la pandemia que afectó al mundo entero. En una situación de crisis, fue una gran herramienta para los ciudadanos que intentaban acomodar sus finanzas, su trabajo, su bienestar personal, su lugar de residencia, etc.
Por otro lado, otra herramienta que se encontraba en alza en el 2020 y no cesa su crecimiento en el 2021, son los préstamos. Por ejemplo, el sector de los microcréditos tuvo un crecimiento del 2,6% real en el mes de agosto del presente año.
También, existen los créditos destinados a Pymes, los cuales comenzaron el 2021 con niveles más bajos y poco a poco fueron ganando fuerza para el reflote de empresas que se vieron afectadas de gran manera por la pandemia acontecida en el 2020. Según lo expresado por el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), el sector productivo, está representado en un 90% por las Pymes, que representan una gran fuerza generadora de trabajo nacional, además de ser el 40% del PIB (Producto Interno Bruto).
Aún así, siendo la gran mayoría del sector productivo, se ven afectadas las pequeñas y medianas empresas ya que tienen dificultades para el acceso a la financiación por la documentación requerida y los altos costos que esto implica a la hora del pedido de un préstamo.
Según la central de información crediticia con presencia en Colombia y otros países de América Latina llamada Datacrédito Experian, se observa un proceso en etapas de la vida de las Pymes, y se comprueba que acceden a los créditos en los primeros diez años de su existencia, resaltando la importancia del comienzo de la creación de la empresa en relación a su reputación, conocimiento, ampliación, etc.
Los colombianos cuentan con algunas estrategias para la recuperación económica que acontece en el 2021, luego de un año de parálisis económica, incertidumbre, confinamiento y muchas otras variables que surgieron por la pandemia sucedida en el 2020.