Por: Alfonso Elías Bermúdez
Eran las cuatro de la mañana cuando llamaron a la puerta de mi casa, me desperté preocupado, por la ventana observé que llovía y vi en la terraza a un niño de unos doce años, al asegurarme que estaba solo abrí la puerta, lo vi empapado de agua y con lágrimas en los ojos me dijo: “señor disculpe, tengo frío y hambre, ¿me podría ayudar con algo de comida?”; le dije: “¿vives cerca o estás lejos de tu casa?” me respondió, “soy venezolano, convivo con unos compañeros y dormimos donde nos agarre la noche”. Espera un momento, cerrando la puerta me dirigí a la cocina donde encontré algo de pan y un poco de jugo en la nevera, en un vaso desechable le serví el jugo y se lo llevé junto al pan, entregándoselo, en fracción de minutos devoró el pan y se tomó el jugo, le dije “para que duermas puedo ofrecerte una colchoneta y un lugar en la sala”, me dio las gracias por el gesto, explicando que sus compañeros lo están esperando en una casa cerca de aquí y para no preocuparlos tenía que ir a su encuentro, pues la señora de la casa también les ofreció unas colchonetas; mientras hablaba cesó de llover, poco después lo vi alejarse no sin antes de despedirse muy educadamente, diciéndome ”Dios le pague lo que hizo por mí, perdiéndose en la calle y brincando el arroyo que corría por ella, cuando el sol apenas nacía. Me regresé a la cama, pensando en lo ocurrido, es el reflejo de lo que se vive en Venezuela y en Colombia, en estos momentos no uno sino centenas de miles de niños estarán pasando hambre y necesidades. Según Migración Colombia y Migración Venezuela, hoy en todo el territorio colombiano hay 1 millón setecientos mil venezolanos y de ellos un poco más de la mitad vive en condiciones irregulares, de acuerdo a ese informe Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cúcuta y Cartagena albergan 640.000, de los cuales 140.000 están en el Atlántico, siendo Barranquilla la receptora de aproximadamente 100.000 venezolanos agravando más la pobreza en nuestra ciudad, el último censo del Dane – Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas- reveló que en Barranquilla hay 1.300.000 habitantes, ubicados en 188 barrios, que cobija 350.000 hogares, el 23%, lo conforman cuatro personas, 14% cinco personas y un 13.8% seis personas, puesto que de acuerdo con los resultados de la encuesta de Pulso Social del Dane solo el 38.5% de los barranquilleros –500.000 más o menos–, tienen asegurados el desayuno, almuerzo y cena, esta cifra fue publicada el pasado 26 de abril de 2021, esto significa que el 61.5% de los hogares barranquilleros, estamos hablando de 800.000 personas entre niños y adultos, pasarían en la mañana sin desayuno para poder comer algo al medio día o no almorzar para comer algo en la noche o en el peor de los casos acostarse a dormir sin probar un bocado en todo el día.
En una entrevista que le hizo un diario capitalino al señor Saith Sánchez Sierra, de 39 años, vendedor informal habitante del barrio Kennedy en Barranquilla, él y su familia, dice que se han acostado en varias ocasiones sin probar alimento todo el día. Este cuadro familiar refleja nuestra verdadera situación ocasionada por la escasez de empleo, agravándola aún más con los migrantes venezolanos.