Dane confirma deterioro social en Barranquilla por la pandemia

*Ratifica elevadas cifras de informalidad en la ciudad que requieren estrategias que fortalezcan a quienes trabajan en este sector.

Por: MÓNICA BOLAÑO E.
Redactora Económica.

Durante los últimos meses e incluso antes de la pademia, Barranquilla siempre ha sido una de las ciudades con menores tasas de desempleo en el país. En la reciente medición del Dane esta ciudad con su área metropolitana fue la segunda con menor tasa de desocupación.

No obstante inquieta la alta informalidad que registra, donde en promedio 6 de cada 10 personas que trabajan, lo hacen en la informalidad.

De acuerdo al director del Dane, Juan Daniel Oviedo, esos niveles de informalidad generan cierto inconformismo en la población barranquillera que no se explica que si hay tan bajo desempleo, por qué están sufriendo de pobreza, de problemas de inseguridad, y dificultad alimentaria.

“Esa problemática se da precisamente por la alta vulnerabilidad que puede estar presentando la población ocupada en este caso de Barranquilla y Soledad, debido a esas condiciones de informalidad”, anotó Oviedo quien estuvo hoy en Barranquilla analizando con el alcalde Jaime Pumajero las estadísticas de la ciudad en el mercado laboral.

Dichas condiciones de informalidad el Dane las mide a través de una herramienta complementaria que es la Encuesta de Micronegocios, cuyos resultados recientes evidenciaron que en el año 2020 se tuvo la mayor caída de ganancias de las personas que trabajan en sector informal con negocios familiares de sustento.

Explicó Oviedo en declaraciones al Diario La Libertad que “Si bien Barranquilla no vio una explosión del desempleo en el contexto de pandemia, las personas que siguieron en la informalidad trabajando en esta ciudad y en Soledad estuvieron expuestas a una caída drástica de sus ganancias en el tipo de negocios familiares de sustento”.

Los sectores del rebusque

Añadió que la informalidad en Barranquilla está altamente concentrada en sectores como ventas de comidas preparadas en puestos fijos o móviles, en el transporte de pasajeros, es decir el mototaxismo y otro tipo de transportes, en las peluquerías y otros tratamientos de belleza, y el comercio al por menor de alimentos, bebidas y tabaco en puestos de venta móvil.

Esas cuatro actividades pudieron seguir generando empleo en el marco de la pandemia pero las ganancias o los ingresos que reciben las personas debido a los confinamientos, las restricciones de movilidad, las restricciones de contacto social generaron unas pérdidas muy importantes. “Así, no necesariamente es el desempleo el que genera la vulnerabilidad en la ciudad de Barranquilla sino el deterioro de las ganancias al estar el empleo concentrado en estas actividades altamente vulnerables”, anotó el director del Dane.

El funcionario precisó que la informalidad no está atada al desempleo, sino que es un remanente del empleo, por tanto se debe ver como trabajo pero se tienen que identificar algunas acciones o estrategias específicas para poder hacer a estos informales más resistentes y resilientes frente a choques como el que pudo generar la pandemia.

“La pandemia puso en evidencia la alta dependencia que tiene la comunidad de Barranquilla frente a las actividades mencionadas, por tanto la necesidad de que haya políticas o acciones muy contundentes que permitan mejorar las condiciones de resistencia de esos negocios familiares de sustento”, manifestó.

Creció la pobreza

Recordó que la capital del Atlántico estaba acostumbrada a siempre a estar por debajo casi 10 puntos porcentuales en materia de incidencia de pobreza monetaria frente al total nacional. En 2019 el país tenía una incidencia de pobreza del 35.7% de su población, es decir tenía casi a 17.5 millones de personas en situación de pobreza.

Esa prevalencia en Barranquilla era 10 puntos inferiores, pero con la pandemia el país tiene un brinco importante en incidencia de pobreza subiendo al 42.5% y Barranquilla se pegó casi que completamente al promedio nacional, llegando al 41.2% de su población en situación de pobreza.

“Eso significa que Barranquilla de un año para otro empezó a tener casi 307.000 personas de más en situación de pobreza, dentro de ellas 177.000 están nuevas o ingresan como novedades a esta situación de pobreza extrema, lo que significa que en un hogar no existe la plata suficiente cuando se junta todo lo que ganan las personas que allí trabajan, para que cada boca que reside en ese hogar al menos tenga la alimentación básica que está representada en 2.100 calorías”, sostuvo Oviedo.

Reitera que a pesar que Barranquilla es de las ciudades con menor desempleo, ha tenido un deterioro social importante que debe ser identificado por las autoridades locales sobre todo por las dinámicas de generación de empleos que se puedan promover en el marco de la reactivación.

Otra de las mediciones del Dane como es la Encuesta Pulso Social, muestra que en Barranquilla hay menos hogares comiendo tres comidas al día, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que 6 de cada 10 personas trabajan en la informalidad y que la pandemia redujo las ganancias de esas personas casi a la mitad, otras salieron al desempleo y los pocos que quedaron activos tienen que garantizar el sustento de más bocas en promedio que el resto de ciudades capitales del país, porque acá se tiene 3.7 personas promedio por hogar cuando en el país el promedio es de 3 personas. En Bogotá es de 2.8 personas.

El director del Dane, puntualizó en que la informalidad es un hecho notorio en todas las ciudades capitales de la Costa Caribe, donde más del 60% en promedio de la población ocupada lo hace en condiciones de informalidad.