Prostitufilia: ¿obsesión por las trabajadoras sexuales?

Por: María Alejandra Barrios
Redacción Sociales

A pesar de que el término es muy nuevo, la palabra prostitufilia se ha llegado a ligar con la obsesión de las personas hacia las trabajadoras sexuales. Ante esto, la doctora Isabel Velásquez Arango, experta en sexología clínica y sexualidad humana, comparte con LA LIBERTAD sus conocimientos para desglosar y entender un poco el significado de lo que sería esta patología.

Para comprender de qué se trata, es necesario entender que es una filia y parafilia, según la doctora, la primera es el afecto exagerado por una situación específica, mientras que la segunda, generalmente cuando se habla de esto se piensa sobre fetiches frecuentes e intensas conductas o fantasías sexuales de tipo excitatorio que implican objetos inanimados o situaciones poco habituales.

En cuanto a prostitución, es un término que trata de la actividad que realiza la persona que cobra por mantener relaciones íntimas con otros individuos. Prostituirse, por lo tanto, consiste en tener sexo a cambio de un pago.

“Al unir filia con prostitución, podría tomarse como el gusto por la prostitución, el placer de contratar a trabajadoras sexuales o ser una de ellas”, explicó Velásquez.

Sin embargo, la doctora coloca en discusión su significado definitivo, ya que a pesar de que en Colombia no está permitido, la prostitución es un acto común en varios lugares, por lo que quedaría abierta la duda si entraría en el término de parafilia al ser una “situación poco habitual”, ya que también las personas que realizan estos actos son gente del común.

Cabe aclarar que la adición al sexo no se podría llamar prostitufilia, ya que esta habla de una persona que desea compulsivamente realizar estos actos sexuales y esta puede ocasionarse con diferentes personas, sin la necesidad de pagar por ello.

¿Pero qué pasa con las personas que contratan prostitutas?

Generalmente existen muchos factores por los que una persona podría contratar a una trabajadora o trabajador sexual, algunos de estos podrían ser: dificultad de relacionamiento, inconformidad con su físico, miedo al compromiso, ser hipersexuado, entre otros.

“En vez de que se esté acuñando un nuevo rótulo o etiqueta, la única realidad es que somos seres humanos con necesidades afectivas, sexuales, sociales de todo tipo. No todo se puede tomar como una patología, a no ser que sea una obsesión desmedida y enfermiza que cause daño o evite tener una vida cotidiana corriente. Entonces ¿contratar prostitutas es un problema?, en Colombia sí porque es un delito, pero esa práctica no te hace enfermo”, finalizó la experta.