Estados Unidos: El Palladium de Nueva York, templo de la salsa

Es válido afirmar que el éxito del Palladium en Nueva York como salón de baile que originalmente se llamó Academia de Música, era una sala de cine, una sala de conciertos y finalmente se convirtió en un club nocturno, el mismo que estaba ubicado en el lado sur de East 14th Street entre Irving Place y Third Avenue incidió para que en Barranquilla Colombia, aparecieran sitios míticos como La Charanga, El Palo de Oro, La Cien, El Boricua, El Apolo, Salsa Ocho, El Coreano, La Casita de Paja, El Ypacaraí, El Taboga, La Troja, siendo estos los más recordados de entre otros...

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Entre 1946 y 1966, El palladium de Nueva York fue el Gran Templo de la Salsa.

Alberto Luna Avila

Durante dos décadas, de 1946 a 1966, existió en Nueva York el salón de baile más importante en toda su historia dentro de lo que se ha denominado la música afrocubana o antillana, El Palladium o La Casa del Mambo, preludio de lo que sería años más tarde, el género musical que se convirtió en un boom y se explayó por todo el mundo, la Salsa, y que llevó a la cima la música latina.

Los dueños del Palladium eran Max Hyman y su esposa Ann, heredera de la fortuna de los fabricantes de los elevadores Otis. En su inicio estaba dedicado a la música anglo, pero se dice que el promotor boricua Federico Pagani convenció al señor Hyman de que destinará una matiné dominical a la música latina. La primera orquesta contratada para esa matiné fue la de Machito y sus afrocubans. 

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Los tres ritmos musicales dominantes en el Palladium en sus 20 años de existencia fueron el mambo, cha-cha-chá y la pachanga.

El éxito fue tan arrollador que poco a poco la música latina se fue apoderando de las demás programaciones semanales del Palladium, hasta el punto de dedicarse este salón bailable por completo a este género musical.

Aunque ya existían en Nueva York antes del Palladium otros Salones de Baile o bailaderos de música afrocubana como La Conga, éste último se encontraba adentro del Bronx en lo que denominaba el Harlem Español, mientras que el éxito y la mayor audiencia del salón de Max Hyman era que estaba en todo el centro de Manhattan en la calle 53 con Brodway, una zona comercial y cultural, cerca de los grandes salones de jazz, por lo que era fácil que al Palladium asistieran músicos jazzistas de la talla de Duke Ellington, Dizzy Gillispie o Count Basie.

Los tres ritmos musicales que dominaron el Palladium durante sus veinte años de existencia fueron el mambo, el cha-cha-chá y la pachanga, aunque también se escuchaban otros aires como el son montuno, la descarga, el guaguancó, la guajira, la guaracha, la rumba, el bolero y el jazz latino, que eran interpretados por las tres grandes orquestas de planta, la del cubano Machito y sus afrocubans con su cuñado, el talentoso Mario Bauza; la de una de las voces más hermosas y más versátiles, la de Tito Rodríguez y la del rey del timbal, Tito Puente, pero también era frecuente la presentación de otros músicos, los hermanos Eddie y Charlie Palmieri, Noro Morales, el español Xaviert Cugat, Arsenio Rodríguez, José Fajardo, Dámaso Pérez Prado, La Lupe, José Curvelo, Miguelito Valdés, Benny Moré, el combo de Cortijo con Ismael Rivera, entre otros.

Otro de los ingredientes por el que se hizo famoso el Palladium y atraía a muchos de los asistentes, eran los espectáculos de los bailarines tanto a nivel profesional como de aficionados que allí se daban. Por sus pistas pasaron los mejores bailadores de Nueva York como Pedro “Cuban Pete” Aguilar, Millie Donay, la pareja de Augie y Mayo Rodríguez, José Torres, que compartían cartel con las más afamadas orquestas que se presentaban. Además, había concursos de bailes para los asistentes, junto con lecciones de baile para el público.

Cuando aún la segregación racial era fuerte en Estados Unidos, el Palladium era un albergue de integración de todas las razas, blanca, negra, mulata. Allí no solamente asistían los latinos o los afronorteamericanos, sino también estadounidenses blancos, sobre todo de origen judío o italiano. 

No era extraño ver bailar allí a una rubia de ojos azules con un negro o un blanco con una hermosa mulata. Lo mismo que era visitado con frecuencia por famosos artistas o estrellas del espectáculo como Marlon Brando, Kim Novack, Henry Fonda, Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., Bob Hope o Desie Arnaz.

A mediados de los años 60 comenzó el declive del Palladium, que junto con unos allanamientos que realizó la policía por vender licor sin licencia o por denuncias por consumo de drogas, decidieron que su dueño, Max Hyman, cerrará el negocio un primero de mayo de 1966.

A continuación algunas de las presentaciones inolvidables de artistas que desfilaron por dicho recinto….

Quizás podemos afirmar que el éxito del Palladium como salón de baile y que su nombre se diera conocer fuera de la frontera de Nueva York y de Estados Unidos por las grandes orquestas que allí tocaban o por los inmigrantes latinos, incentivó para que en muchos lugares cosmopolitas se iniciara el proceso de la conformación de los estaderos de música antillana o de salsa.

Créditos: Pepe Comenta y Agencia Mundial de Prensa.