En las últimas horas, la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, ordenó que se vuelva a imponer prisión domiciliaria al rector de la Universidad Metropolitana de Barranquilla (Unimetro), Juan José Acosta Ossío y al alto consejero, Alberto Enrique Acosta Pérez.
La decisión se da luego de fallar en favor de otra parte de la familia Acosta, debido a que desde hace varios años se viene dando una disputa judicial por la herencia del excongresista Gabriel Acosta Bendek y su esposa Sofía Acero de Acosta, quienes eran dueños de la Fundación Acosta Bendek, la misma que es propietaria del Hospital y la Universidad Metropolitana de Barranquilla.
El pleito judicial es entre la única hija de la pareja, Ivonne Acosta Acero y su medio hermano, Alberto Acosta Pérez y primos, entre los que se encuentran el rector de la Unimetro y el excónsul honorario de Polonia en Colombia, Luis Fernando Acosta Osío.
Precisamente, en proceso llevado a cabo el pasado 9 de septiembre de 2020, el Juzgado Promiscuo Municipal de Galapa revocó la medida de aseguramiento domiciliaria en contra de Juan José Acosta y Alberto Enrique Acosta, quienes vienen siendo procesados penalmente por falsedad ideológica en documento privado.

En esa audiencia, en la que se decidió revocar la medida de aseguramiento no fueron invitadas las víctimas del proceso, declarados como tal Ivonne Acosta, su esposo y el también miembro de la junta directiva de la Fundación, Jorge Hernández Cassis.
En el fallo de la Corte, el Juzgado de Galapa habría incurrió en defectos procedimentales pero también orgánicos por no haber citado a las víctimas a la audiencia y también porque «ese despacho judicial no tenía competencia en virtud del factor territorial, para adelantar la diligencia, ni concurría circunstancia excepcional que facultara omitir ese mandato. «Por eso, para la Sala, el actuar desplegado por el Juzgado Promiscuo Municipal de Galapa, la Fiscalía 58 Seccional de Barranquilla y la defensa de Juan José Acosta Osío y Alberto Enrique Acosta Pérez en la audiencia del 9 de septiembre de 2020 (…) resulta al menos extraña, desleal y negligente», se lee al pie en la impugnación de la tutela, compulsando copias penales y disciplinarias para que se adelanten las investigaciones a que haya lugar.
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En este sentido, la Corte Suprema de Justicia dejó sin efecto la audiencia del 9 de septiembre, en la que se revocó la casa por cárcel y ordenó que en las 5 horas siguientes a la notificación de la providencia el Juzgado Promiscuo Municipal de Galapa adopte «las medidas necesarias para restablecer la medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en su domicilio» de Juan José Acosta Osío y Alberto Enrique Acosta Pérez.
Por este actuar también están siendo investigados dos magistrados del Tribunal Superior de Barranquilla -señalados de maniobras ilegales para favorecer a los Acosta Osío y Acosta Pérez y se encontraba enredado el exsenador Eduardo Pulgar, quien la semana pasada fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por tráfico de influencias y cohecho.
El excongresista era investigado por intentar sobornar a un juez de la República con 200 millones de pesos para, al parecer, favorecer a un patrocinador suyo: el excónsul honorario Luis Fernando Acosta Osío en la pelea por la Unimetro, el Hospital y la Fundación Acosta Bendeck.
A Acosta Osío la Fiscalía delegada 376 adscrita a la Unidad de Delitos contra la Administración Pública le adelantó el año pasado una investigación penal en su contra, pues fue el principal motivo por el cual se reunió Pulgar con el exjuez Andrés Rodríguez Cáez, quien para entonces tenía en su despacho la audiencia de fallo que llevaría la audiencia en medio de la disputa legal.
Según lo que ha trascendido del caso, el excónsul y sus primos, en los juzgados aún son debatidas las maniobras con las que habrían logrado quedarse con el control de la herencia del exsenador Acosta Bendeck, materializada en la Fundación Acosta Bendeck que controla el Hospital Metropolitano de Barranquilla y la Universidad Metropolitana de Barranquilla.
Esta investigación no sería la única en contra del excónsul, que también habría conciliado otro encuentro por intermedio del senador Pulgar en otro lugar en Barranquilla. En la columna titulada ‘El esguince de Pulgar’, el periodista señala que hubo otra reunión entre el exjuez y Acosta Osío, esta vez en la oficina de David Name Terán y con la presencia de Borís Rodríguez, uno de sus reconocidos megacontratistas.
En una fotografía que fue publicada en la misma columna se ve a David Name sentado al lado del joven juez Andrés Rodríguez Cáez mirando algo que le muestra Name.

En los audios expuestos por Coronell, Acosta Osío se refiere al caso de la disputa, pero inmediatamente el joven juez le dice que lo que le deba contar sobre el hecho, debía contárselo en la audiencia.
«Doctor, lo que me tenga que decir del caso en concreto lo decidimos en el estrado, si mi juzgado es el juzgado de competencia, lo decidimos en el estrado. Yo acepté la reunión con todo respeto, aquí, para… yo le comenté al señor la situación, pero lo que me vaya a contar del negocio de la universidad, me lo va a contar en la audiencia»; se le escucha en uno de los audios al joven exjuez.
Ante esto, Name le reponde al exjuez: «pero una manito sirve».
Acosta Osío también está mencionado en un proceso de presunta corrupción judicial que involucra a Jorge Eliécer Mola Capera, magistrado del Tribunal Superior de Barranquilla, quien es acusado por la Fiscalía de conceder irregularmente varios recursos para favorecer al excónsul y sus primos en el proceso por la herencia.
El encuentro que fue revelado por el columnista Daniel Coronell: