Autoestima Resiliencia y Empoderamiento

Por Raúl Arzuza Cuesta*

En los últimos años, el auge de la ciencia de la psicología, la importancia que la sociedad ha ido dándole, ha ido creciendo, y eso hace que a pie de calle se conozcan muchos más términos psicológicos.

En estos últimos años nos hemos acostumbrado a escuchar y hablar de la autoestima, de la resiliencia o del empoderamiento.

La palabra más extendida en nuestro vocabulario puede ser la autoestima. “Tienes la autoestima baja, deberías quererte más” o “la autoestima hay que tenerla alta y quererse”, aunque no es tan sencillo, si bien es cierto que la autoestima baja implica una valoración pobre de nosotros mismos, la autoestima alta implica valorarnos en exceso. En muchas ocasiones alguien con la autoestima alta se siente más que los demás y puede ser que detrás de ello existan otros problemas psicológicos. La autoestima debe ser sana e independiente de los demás, que podamos valorarnos por lo que somos como personas y no por nuestros logros ni por lo que para nuestros seres queridos sea importante, pues es la única forma de no depender emocionalmente de otras personas.

Por otro lado, la resiliencia. Un concepto más novedoso, que en los últimos años se ha puesto de moda, pero en muchas ocasiones no sabemos qué significa. Una persona resiliente es aquella que se enfrenta a situaciones adversas y difíciles teniendo la capacidad de adaptarse y encontrar una resolución positiva o aprendizaje de ello. En ocasiones se entiende que es una persona fuerte, que se enfrenta a situaciones difíciles, pero además de esto para ser resiliente es necesario encontrar esa parte positiva y tener la capacidad de que eventos que podrían llegar a ser traumáticos no lo sean. Es difícil saber dónde está ese límite puesto que, de manera cotidiana, muchas veces creemos que superar un trauma es evitarlo, ignorarlo o pasar por él de puntillas, con el resultado de que no afecta en la vida diaria, aunque no seamos conscientes. Sin embargo, para superar un trauma necesitamos abrazarlo y conseguir que no nos afecte en la vida diaria.

Otro de los conceptos más utilizados últimamente es el empoderamiento. Este puede que sea el que más dudas genera. Mucho es lo que se habla de empoderarse para expresar que debemos sentirnos seguros. Sin embargo, para superar un trauma y empoderarse ha hecho falta antes perder poder donde lo hubo. Podemos entonces complementarlo con el término apoderarse, pues cuando nos apoderamos de algo lo cogemos sin más, sin la necesidad de haberlo perdido antes.

Es bueno tener claro tales conceptos o términos y cuando acudamos a terapia(si la requerimos) podamos tener algunas sesiones de psicoeducación en las que podamos transmitir ciertos conceptos que serán útiles para la evolución positiva de la persona que somos, y que así pueda liberarnos de mitos y miedos que podamos traer con nosotros por vivencias que hemos tenido o escuchado, pues nos componemos de esas experiencias y sanearlas nos ayudará a conseguir los objetivos que nos propongamos: empoderarnos si perdemos poder y apoderarnos si simplemente no lo tuvimos, y forjar una autoestima sana e independiente de los logros y expectativas ajenas, creando así una capacidad resiliente que nos acompañe en el futuro ante situaciones adversas. Fuente editada: “Resiliencia, empoderamiento y autoestima ¿Los utilizamos correctamente?”, Un café CON PAULA, en Europa Sur, 27 de marzo 2021

Es así que, colombianos y residentes en Colombia, seamos resilientes ante las adversidades, más ahora con la gran adversidad de la COVID-19 y además nos debemos empoderar y apoderar de los protocolos de bioseguridad para asegurar la convivencia pacífica productiva de esta, nuestra sociedad.