Sello de compromiso hacia el futuro | Barranquilla, una tierra de progreso

* Aquí, el reconocimiento y la labor ejecutada, representada en obras, progreso y bienestar colectivo constituyen también la mejor muestra de lo que debe ser una gestión eficiente y responsable.

Por EDGARDO ANDRADE PINTO

Más allá de todas las adversidades y vicisitudes que a lo largo de su historia le ha tocado afrontar, Barranquilla ha sabido salir adelante. En los genes de aquellos primeros habitantes que llegaron a su suelo a dominarlo y sacar de allí lo mejor, a sembrar semillas que germinaron y fueron cosechas productivas, está todavía en los barranquilleros del presente ese heroísmo inmarcesible que nos ha permitido ser reconocidos como pioneros y progresistas en el país y más allá de sus fronteras.

El acontecimiento que hoy congrega la atención es la celebración de sus 208 años y aun en medio de la pandemia –como ocurrió el año anterior– tal hecho no puede pasar desapercibido, sobre todo cuando son muchas y variadas las perspectivas que en torno a su futuro se están planificando desde ahora.  Nuestra ciudad guarda todavía mucho potencial y hacia la materialización de cada uno de ellos debe estar enfocado el propósito de la actual y las venideras administraciones distritales.

Precisamente, gracias a las últimas tres administraciones es que Barranquilla ha logrado afianzar su esperanza para proseguir por la senda de su porvenir crisol, con un renovado esfuerzo en el que se han sumado los diversos sectores sociales y económicos de la ciudad. El resultado de ese mancomunado esfuerzo está a la vista de todos y es ejemplo ante las otras capitales del país, lo que demuestra que cuando hay propósitos claro y definidos, transparencia en la ejecución y sumatoria de voluntades alrededor de un compromiso serio, los resultados son evidentes.

Aquí, el reconocimiento y la labor ejecutada, representada en obras, progreso y bienestar colectivo constituyen también la mejor muestra de lo que debe ser una gestión eficiente y responsable. En este aniversario 208 nos cabe la responsabilidad a los barranquilleros de ratificar ese objetivo, de preservar los intereses comunitarios por encima de cualquier otro y de comprometer a los futuros gobernantes en ese mismo empeño y de seguir liderando la transformación de la nueva Barranquilla.

Los avances han sido fundamentales para alcanzar el sitial que hoy ostenta nuestra urbe, allí están el Malecón, el conjunto de parques renovados, la planificación vial y de vivienda del norte, la recuperación de los caños, el Centro Histórico, el enlace de la Ciénaga de Mallorquín con su entorno y la nueva visión turística, entre muchos otros atractivos que se proyectan concretar a mediano plazo, son puntos esenciales para sostener la base sobre la cual se ha de construir y proyectar el Distrito, enfocado hacia el propósito de convertirse en la capital del Caribe.

En la medida que se multiplique esa idea de preservar el compromiso por Barranquilla, por su desarrollo, por mantener su crecimiento con planificación, de mantener los valores éticos como guía para garantizar el destino de su presupuesto público, estamos seguros que el sendero de progreso persistirá.

Considero que lo importante es no perder ese horizonte. Al observar los proyectos que la actual administración ha presentado a consideración de la ciudadanía se puede analizar el efecto desarrollista que cada uno le dará a la urbe, las oportunidades que generarán y las posibilidades de ampliar el mejoramiento comunitario, reduciendo la brecha económico-social que en la actualidad presenta.

Necesitamos tener presente y colocar en lo alto el legado de una Barranquilla procera e inmortal, de una sociedad pujante, que supera cualquier dificultad y que enaltece su tradición con el compromiso de proyectarla más allá de sus fronteras. La ciudad debe seguir avanzando, los errores cometidos en el pasado, cuando la politiquería y la corrupción cogobernaban, no deben volver. Hoy lo que debe primar es el progreso aunado con el rescate del bienestar ciudadano, sobre ese interés no debe estar ningún otro. De aquí en adelante, que ese sea nuestro sello de compromiso.