LA LIBERTAD: LABORATORIO DE LECTURA Y ESCRITURA

POR: REYNALDO MORA MORA, ESPECIAL PARA EL 7 DE ABRIL

Tres intereses explican nuestro acercamiento al importante diario regional, “La Libertad”, fundado por ese gran patriarca, don Roberto Esper Rebaje, desde la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico. Dos de ellos se relacionan directamente con la temática del título expuesto, mientras que el tercero se desprende del significado personal que por más de veinte años he venido publicando, la “Tribuna Pedagógica”. Así, un primer interés se desprende de la importancia que este periódico le ha concedido a la apertura de escritos de estudiantes de esta institución, ya que, con ello, apoya significativamente el campo de la escritura en los futuros educadores. En este contexto, esta labor de ser laboratorio, frente a las demandas de lectura y escritura del sistema educativo, por ello, es dable resaltar este rol para todo el país. Por esta razón, las temáticas publicadas cobran importancia, pues, esos escritos se incorporan al desarrollo y fortalecimiento de la docencia científica en esa Alma Mater, con una acentuación en la importancia de problemáticas abordadas con estudiantes en cursos de la licenciatura en ciencias sociales, donde se incorporan interrogantes y soluciones para la educación.

Dicho engarce con este Laboratorio Periodístico se refiere a una vinculación entre el proyecto de investigación que venimos desarrollando y fortaleciendo en la Universidad del Atlántico, “Talleres de Lectura y Escritura desde la Constitución Política, Legislación Educativa y gerencia educativa, y, Procesos Curriculares”, que se expresa en los textos puestos en escena por los estudiantes y su concreción en las respectivas hojas de vida de cada uno de ellos, porque nos hacíamos las siguientes preguntas: ¿publican los estudiantes de las licenciaturas? Y, ¿quienes ejercen la docencia lo hacen? Es la relevancia de esta problemática, y sobre ello hay poca investigación, y prácticamente no se ventila este problema que subyace en las Facultades de Educación. Tenemos que lo que se descuida es, fundamentalmente el planteamiento del desarrollo y fortalecimiento de la escritura a partir de la lectura en todo el plan de estudios de las licenciaturas. Como un segundo interés, reconocemos que en nuestra trayectoria investigativa desde los grupos de investigación, “Educación, Pedagogía y Cultura en el Caribe colombiano” (Universidad Simón Bolívar, 2000-2014) y “Currículo, Formación y Saberes (Universidad del Atlántico (2016 en adelante), hemos venido reflexionando y lanzando propuestas en ese sentido: hemos generado debates en el campo intelectual del currículo, habiendo creado la “Ruta Caribe” del currículo, y por otro lado, hemos explayado este campo a otros saberes como el derecho, particularmente expresado en la “Configuración del campo de la formación de abogados en las Facultades de Derecho”.

No hay que olvidar que la principal virtud pedagógica de un educador es la escritura desde la lectura, como el placer por plasmar su práctica, que le permita desde preguntas centrales a develar el sentido ético y social de su responsabilidad frente a las demandas de los fines de la educación (art. 5 de la Ley 115 de 1994). Lo importante de este Laboratorio de “La Libertad” tiene un móvil, cual es, ofrecer oportunidades escriturales a los futuros maestros del Caribe colombiano. Puede decirse que es la orientación central en relación con la educación que nos legó su Honorable Fundador, el doctor Roberto Ester Rebaje. Este mensaje se ha institucionalizado en este Laboratorio, y ha encontrado un ámbito privilegiado para manifestar las inquietudes de esos actores tan importantes, como son los estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico. Máxime, en cuanto que, en nuestro medio, la escritura influye de manera notoria en la construcción, por ejemplo, de la Historia de la Educación en la región Caribe: es la respuesta a las tendencias modernizantes de la enseñanza que dejan de lado esa visión de “cero escritura” en los maestros.

En tercer lugar, considerar y valorar este “Laboratorio Taller” de “La Libertad”, trayendo la Universidad del Atlántico al periódico, consiste en un acercamiento de corte pedagógico y didáctico al problema de, ¿cómo escriben los estudiantes de licenciatura? Consideramos y reivindicamos este estrechamiento de responsabilidad por parte de este importante vocero de la región Caribe con la educación, para que los estudiantes publiquen las problemáticas de sus estudios. Esta articulación la podemos considerar desde dos ángulos: como un sentimiento de sentido por apoyar a una nueva generación de licenciados, proporcionándoles este espacio formativo para que expongan comprehensivamente la realidad educativa-formativa, y, el otro ángulo, entendido como ese Faro Libertario que ilumina el futuro prometedor de esa generación. En ambos sentidos, este Laboratorio Taller se encuentra fuertemente vinculado con esa realidad y con la práctica pedagógica. En nuestro caso, como acompañante de este gran número de estudiantes que han publicado, es reconocer el trabajo que se hace desde el grupo de investigación en “Currículo, Formación y Saberes”, adscrito a la Universidad del Atlántico: es un ejercicio de largo aliento, en donde hemos realizado tareas  formadoras con estudiantes de la licenciatura en ciencias sociales de esta institución, en donde nuestra acción directa aunada al conjunto de reflexiones surgidas en el contexto de nuestra “Tribuna Pedagógica”, han sido elementos privilegiados para construir este conjunto de textos, que como interrogantes problematizadores buscan abordar y ahondar su sentir como futuros docentes.

Por otra parte, consideramos que esta colaboración pedagógica, es una contribución de responsabilidad para favorecer la reflexión que ilumine la práctica pedagógica de los docentes del Caribe colombiano. La riqueza de los textos de los estudiantes devela la situación docente en su escenario, con la finalidad de posibilitar por parte de los otros actores del proceso formativo la comprensión del acto de enseñar y aprender. Es iluminar este sentido. Cada estudiante escritor ha identificado los problemas de su práctica, y, sobre todo, genera estrategias didácticas propias. De esta manera resaltamos el esfuerzo y apoyo brindado por el equipo del diario “La Libertad” a los estudiantes del Programa de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico. Es un llamado para decir, que este órgano periodístico de prestigio, es una lámpara potente que ilumina la escritura en los futuros docentes. “La Libertad” es un manifiesto por resaltar lo cotidiano de la formación, que se define como la apuesta por favorecer proyectos de vida para que desde sus páginas se reflexione sobre la realidad educativa colombiana. No se trata de descalificar o invalidar, sino de sumar esfuerzos para que en diálogo con la Universidad del Atlántico se construyan alternativas de lectura y escritura y lleguen a la sociedad a través de esta prensa.

Esta serie de textos, de estudiantes como, Laura Ayala Roa (El Nuevo Orden Educativo), Eduardo Osorio Mendoza (Principios de la Ley de Educación), Angélica Herrera (Bioseguridad Curricular), Wendy Montes Ferreira (Evaluación y currículo), Irina Villa Villa (Concepciones curriculares), Fabricio Gaibao Marzola (La modernización curricular), Daniel González Monery (Por una reforma curricular), Carmen Cantillo Manzur (Didáctica de la Filosofía), Mateo Gómez Clavijo (Comentarios a las reglas de Bioseguridad), Andrea López Peñaranda, (Un despertar a las juventudes), Estefani Sarmiento Vásquez (Reflexiones sobre Legislación Educativa), Yesid Romero Torres (Pensar la enseñanza de las ciencias sociales), María Saavedra Cuadro (Propuesta para la enseñanza de la Historia), Dayana Fontalvo Eguis (Una educación hídrica: un currículo hídrico), configuran el Mapa de Publicaciones de los estudiantes de esta licenciatura (2017-2021), y es el resultado de nuestro grupo de investigación. Esta cartografía está construida desde la actividad de nuestra labor como docente investigador con los estudiantes. Indudablemente, con este Laboratorio, optamos por las afirmaciones y postulaciones para enriquecer su comprensión en el futuro de su quehacer para los respectivos contextos. De esta manera, damos cuenta de las categorías que pertenecen al campo intelectual de la educación: pedagogía, didáctica, currículo, evaluación y formación. En las voces escritas de los estudiantes hay análisis breves de la conformación de sus prácticas pedagógicas. Ellos parten de una reseña de su andar en su formación del día a día. Con estos puntos de vista hay una formación del estudiante-escritor como efecto plausible de este Laboratorio, pues se constituyó en el determinante para potenciar estas habilidades teórico-conceptuales como ámbitos de reflexión. Es en esta esfera cómo debe valorarse el interés fundamental del diario, “La Libertad” en este acercamiento con la Universidad del Atlántico, lo que genera una muestra de legitimidad e impacto en el desarrollo periodístico en diálogo con lo académico-formativo. Algunos textos son hechura de trabajos de grado para la obtención del título de licenciado, como una traducción para el conocimiento de la sociedad. Por todas estas razones, a este edecán da las noticias del Caribe colombiano, lo honramos con el título de “Laboratorio de las problemáticas formativas de los estudiantes”. Esto le confiere un papel significativo para la sociedad y la comunidad académica por los planteamientos alternativos de estos actores en formación.

Desde nuestro punto de vista, este material retorna formativamente a los otros estudiantes que leen la escritura de quienes ya van egresar: indudablemente, estas escrituras se convierten en insumos didácticos, pedagógicos, evaluativos, curriculares e investigativos en los cursos de Constitución Política, Legislación y Gerencia Educativa y el curso de Procesos Curriculares. A través de esta óptica, podemos observar cómo el desarrollo de ciertos problemas educacionales se pone en escena en las voces de los estudiantes en este Laboratorio. También se hace necesario dejar aquí sentado esta manera de “oficializar” el encuentro, con la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico, reconociéndose por ambas partes la impronta que cada uno juega en beneficio de una formación contextualizada y pertinente. Entonces, esta es la conformación estrecha de esta alianza de aprendizaje por la escritura, siendo indispensable para entender el papel que posee el maestro en la sociedad.

Esto necesariamente modifica favorablemente el proyecto de vida de cada uno de los actores-estudiantes que han publicado, siendo una cuestión nodal, por ejemplo, para la Historia de la Educación en el Caribe, pues ella habrá de dar cuenta de cómo se transformó la práctica pedagógica a través de la escritura del estudiante-futuro maestro, porque este ejercicio es un espacio privilegiado para formar buenos ciudadanos-maestros desde la perspectiva de la socialización de las problemáticas que ellos “pillan”. Podríamos afirmar, que esta apuesta que ha hecho el diario “La Libertad” con este ejercicio de laboratorio escritural viene a significar el semillar para el caldo de cultivo de nuevas generaciones de maestros escritores, pues su objetivo se enmarca en la relación de la escuela con la sociedad, como el elemento central de toda Misión Formadora. En este contexto, es como se estructuraron los “Talleres de Lectura y Escritura” en nuestras clases cotidianas de “Procesos Curriculares”, “Constitución Política” y Legislación y Gerencia Educativa” (Universidad del Atlántico) y “Filosofía del Derecho” (Universidad Simón Bolívar). Por medio de ellos se buscó establecer esa relación anotada para potenciar la escritura en los futuros licenciados y abogados a partir de la lectura, como experiencia formativa, identificando un conjunto de problemáticas como insumos para garantizar esa potenciación. Esta finalidad quedó plasmada en toda esta vasta experiencia cartográfica.

En nombre de los estudiantes del Programa de Licenciatura en Ciencias Sociales, y en el mío propio nombre felicitamos a este guardián excelso del periodismo del Caribe colombiano en sus 42 años de existencia, todo ello, gracias al empuje y tesón de su invaluable fundador, don Roberto Esper Rebaje (q.e.p.d.).