Por: Yuly Otero Vergara*
Hay mujeres que luchan un día y son buenas,
Hay mujeres que luchan un año y son mejores,
Hay mujeres que luchan toda la vida…esas son las imprescindibles!.
Bertol Brech
Conocemos de Bertol Brech la alusión que hace en ese poema a quienes él llamó los hombres imprescindibles. Se supone que también incluía a las mujeres en ese grupo selecto de luchadores y luchadoras por la vida, la paz, el bienestar para todos y todas.
Para entonces en los procesos del marxismo no se hablaba mucho de feminismos, aún hoy a muchas organizaciones del llamado campo del progresismo, la izquierda, cuesta trabajo -al menos-, manejar un lenguaje incluyente; cuesta trabajo valorar el aporte, el valioso aporte, que las mujeres han hecho y están haciendo en favor de los procesos de transformación social y política en nuestro país y el mundo entero.
Por fortuna son muchísimas las mujeres que se pueden relacionar como referentes de las luchas en múltiples espacios y grupos; Mujeres indígenas, afros, campesinas, trabajadoras, intelectuales, artistas, en fin son y serán recordadas por sus invaluables aportes.
A la par de estas mujeres que ya trascendieron la materialidad, hay quienes se encuentran trabajando; compartiendo sus saberes, experiencias, conocimientos, quehaceres en múltiples espacios, y diferentes escenarios. Mujeres jóvenes, maduras e incluso con mayoría de edad pronunciada y en este último grupo, exalto, menciono a una mujer que desde temprana edad se dedicó a trabajar, luchar en favor de la causa de las personas oprimidas, explotadas, y los afligidos.
Hilda Bustillo Fierro es su nombre. Mujer del caribe colombiano, de muchos años de vida, de sonrisa a flor de piel, alegre, abogada y pensionada, entregó por entero, casi toda su vida, a estas causas y procesos.
Sus últimos años, como funcionaria de la personería distrital de Barranquilla atendió los asuntos relacionados con los derechos de las mujeres, labor que la alternaba o complementaba haciendo parte de la Confluencia de mujeres para la acción pública, escenario de articulación de mujeres de diferentes grupos, quehaceres, sectores sociales.
En sus años juveniles militó con el partido comunista marxista leninista, hizo parte del Ejército Popular de Liberación, brazo armado del PCCML. Cuando esta organización se desmovilizo a comienzos de los años 90ś Hilda paso a ser parte del grupo de mujeres ex combatientes de Esperanza Paz y Libertad, denominación que asumió el EPL después de su desmovilización y entrega de las armas.
Pero Hilda no desmovilizo sus sueños, sus apuestas de vida y de futuro y desde su condición de funcionaria pública continuo su trabajo en favor de la causa de las mujeres.
Son muchas las virtudes de esta invaluable mujer de baja estatura y caminar firme, como firme sus ideales, compromisos, se resalta de ella su gigante espíritu solidario, sencillez, humildad, entrega incondicional. Espíritu solidario que se fundamenta, se sustenta en su infinita compasión por el dolor, sufrimiento de las mujeres de las capas más pobres de la sociedad. Pero no la compasión caritativa hipócrita que da limosnas sino la compasión de quien asume como propia la causa del afligido y actúa, interviene para ayudar a transformar esa realidad. Hilda nunca dejo una mano extendida.
A Hilda nunca le preocupo el anonimato, ella disfruto y aun disfruta el goce, la satisfacción altruista del deber cumplido. Sencillez y humildad son entre otros valores que dan cuenta del desinterés por figurar, por aparecer; entrega incondicional, disponibilidad plena para atender a las mujeres necesitadas sin importar días u horarios, la hace merecedora de mantenerla presente en nuestra memoria, en el recuerdo. Ella es y seguirá siendo un baluarte importante para la vida de muchas mujeres del Caribe Colombiano. Este reconocimiento se hace en vida, porque Hilda es una mujer siempre dispuesta a ayudar, a colaborar, a aportar con sus ideas y sobre todo su hacer solidario, Hilda supo hacer vivo, material eso que José Martí solía decir: «La mejor manera de decir es hacer», eso es y ha sido Hilda. Nada de discursos etéreos, vacíos sino practica viva, quehacer cotidiano. Amor eficaz como diría el padre Camilo Torres.
¿Te gustó esta nota? Síguenos en nuestras redes sociales.
#DIARIOLALIBERTAD