Educación, virtualidad y desarrollo humano

POR: FABRICIO ANDRES GAIBAO MARZOLA, PARA “TEMA UNIVERSITARIO”

A la hora de hablar de educación y escuela es normal que lleguen a nuestras mentes: salones, libros, cuadernos, lápices, marcadores etc. Y es, que la educación es una de las actividades más hermosas y fascinantes que se pueden dar en una sociedad, esta es la encargada de la formación integral de los individuos, es decir, que esta tiene la tarea de formarlos no solamente en los aspectos intelectuales sino también como humanos, demasiados humanos. Cuando nos referimos a los aspectos humanos hacemos alusión a todas aquellas actitudes y habilidades que se pueden encontrar fuera del ámbito de la intelectualidad, como son los sentimientos, la sensibilidad, la capacidad de adaptarnos a un contexto, la capacidad de vivir en comunidad, entre otros.

El aula de clases es el ámbito propicio para el desarrollo de actitudes y habilidades humanas, ya que esta nos ofrece la posibilidad de poder interactuar unos con otros. La interacción juega un papel fundamental en el fortalecimiento de la comunicación y las relaciones sociales y esto a su vez, facilita el desarrollo de un sujeto capaz de acoplarse a una vida en comunidad (Mora, R. Prácticas curriculares, cultura y procesos de formación. Segunda Edición. Ediciones Universidad Simón Bolívar, Barranquilla, 2012). Con la llegada de la pandemia, Covid-19, nuestro estilo de vida ha cambiado de manera brusca y radical, las cosas que antes hacíamos con frecuencia y normalidad ya no las podemos hacer de la misma forma, el encierro nos obligó a apropiarnos de las herramientas y plataformas tecnológicas para poder comunicarnos, para poder trabajar y también para poder estudiar. El estudio ha sido uno de los aspectos que más influencia ha tenido en torno al cambio, ya que no solamente cambió la forma de interactuar sino también la forma en cómo se brinda la información al estudiante y cómo se le enseña.

Como ya todos sabemos la pandemia nos llevó del pupitre y el tablero a la formación en casa a través de un computador o un teléfono móvil, donde la poca y casi nula interacción con amigos y compañeros es evidente, con esto no se pretende menospreciar a la educación virtual, de hecho, está ha sido una ayuda fundamental para tratar de seguir avanzando en la formación de nuestros niños  y  jóvenes a lo largo de todo este periodo de encierro y resguardo, pero tampoco, podemos dejar de lado las limitaciones que poseemos a la hora de formar estudiantes  y ciudadanos humanamente  integrales (Mora, R. (Comp.). Formación y problemáticas sociales. Hacia la construcción de propuestas curriculares. Ediciones Universidad Simón Bolívar, Barranquilla, 2017). La virtualidad es una herramienta que nos puede ayudar a transmitir conocimiento a través de lecturas, talleres, videos, documentales, etc. Pero como se planteó anteriormente la educación va más allá de una simple transmisión de conocimientos, y, es que, el ser humano por naturaleza es un ser social que necesita de la interacción y el afecto de los demás para poder desarrollar habilidades de tipo emocional que solo se pueden lograr con el trato con sus semejantes.

Actualmente vivimos en una sociedad en crisis donde el conflicto y la intolerancia se encuentran a la orden del día, de tal manera que no podemos darnos el lujo de dejar de trabajar la parte humana en cada individuo, es necesario enseñarles a nuestros jóvenes a valorar a los demás y sobre todo a dar al diálogo la importancia que se merece, y para esto, es necesario que la presencialidad y la interacción tan natural en los centros educativos nunca mueren.

Con el fin de brindar un ejemplo de lo que se está planteando debemos destacar los trabajos que ha venido realizando el docente investigador de la Universidad del Atlántico el licenciado Reynaldo Mora Mora (a todo lo largo de este año de 2020), quien, a través de sus columnas semanales, publicadas en este importante diario, ha develado no solamente las problemáticas en las cuales se encuentra inmerso nuestro sistema educativo, sino también las que se vienen dando en el ámbito de la virtualidad. Tenemos que la labor de este docente ha sido de vital importancia para el abordaje de cada uno de estos temas, ya que desde la enseñanza de cada una de las asignaturas que dicta en esta Institución (Constitución Política, Procesos Curriculares y Legislación y Gerencia Educativa) ha tratado de desarrollar en sus estudiantes un sentido crítico, con una visión profunda hacia las problemáticas que rodean nuestra sociedad en general (Mora, R. (Comp.). Currículo y Pedagogía. Abordajes teóricos y conceptuales para la investigación educativa. Ediciones Universidad Simón Bolívar, Barranquilla, 2017).

El trabajo desarrollado por este docente durante cada una de sus clases es la viva muestra de que en realidad debemos estimular y fortalecer las habilidades humanas que se encuentran fuera de los lineamientos de la simple transmisión de información, con el fin de crear ciudadanos activamente participativos. Analizando lo dicho es necesario que no perdamos de vista la importancia de la interacción en los centros educativos y no dejarnos absorber por completo de la realidad virtual que esta tan de moda en estos momentos.  Ya para finalizar debemos resaltar que, aunque la presencialidad es vital para el desarrollo integral humano, y teniendo en cuenta la situación de la pandemia actual, es necesario que esta se desarrolle en ambientes adecuados y seguros que garanticen la salud y la integridad de cada uno de los actores que hacen parte del proceso educativo como son estudiantes y profesores.

#DIARIOLALIBERTAD