Por: Alfonso Elías Bermúdez
Me impulsé a escribir este artículo por el episodio que me contó uno de mis hijos cuando me visitaba, el expresó lo siguiente: -Vi con mis ojos en la entrada de mi casa la noche del pasado lunes 21 de diciembre, unos padres jóvenes arrastrando una carreta recogiendo plásticos y papeles, eran recicladores, llevaban dentro de su medio de transporte a un niño de escasos cuatro años, mientras el papá rebuscaba en las bolsas, acostumbro a colocar dos en el sardinel para facilitarle el trabajo a los recicladores, una con residuos hogareños reutilizables y la otra para la basura, escuché claro cuando el niño le dijo a su madre que aguardaban en la carreta: ¡Mami tengo hambre! Y ella le respondió abrazándolo y sollozando “luego, más luego te damos” mientras el padre subía la bolsa a la carreta y la colocaba junto al niño, arriesgando la salud del menor, les regalé tres mandarinas y dándome las gracias se fueron, el niño sin tapabocas con sus manitas se despedía de mi como agradecido y acompañados solamente con el ruido de las ruedas se fueron alejando buscando otras bolsas residuales para amortiguar su desgracia. Esta conmovedora historia se repite a diario y no solamente se escucha en el seno de una familia recicladora, también dentro del núcleo de millones de familias colombianas, “Mamá tengo hambre”, expresión que da lástima y rabia, y nos define con claridad que este país es pobre, según el Departamento de Planeación Nacional en Colombia se desperdician anualmente 9.76 millones de toneladas de alimentos lo que equivale al 34% de la producción total, mientras tanto el hambre deambula por sus calles, cientos de infantes mueren anualmente, algo completamente absurdo que ocurra en pleno siglo XXI. Dios nos colocó en una porción terrenal rica en extensiones de siembras, agua y otras riquezas naturales, nosotros lo estamos administrando de tal forma que permitimos directa o indirectamente dejar morir de hambre a los niños en los departamentos más pobres del país. Imagínense que una institución tan seria como la Cepal (Comisión Económica para América Latina y del Caribe) en el año 2019 diagnosticó que nuestro país terminó con siete millones de personas sin derecho a satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, salud, educación y vivienda) y según datos de Fedesarrollo (Federación Nacional de Desarrollo) hay en Colombia diecinueve millones de personas pobres, es decir sus ingresos no sobrepasan los $270.000, oo por mes, por otra parte el investigador económico Henry Lomba Ibarra, dice que estamos dentro de los trece países más pobres del mundo y el segundo más inequitativo de Sur América, después del Brasil con un 50.8%, y de acuerdo al Banco de la Republica el año 2019 registró apenas 10.7 millones de trabajadores que ganan el mínimo, el Dane reveló que en nuestro país existen 5.7 millones de ciudadanos con trabajo informal, hoy gracias a la pandemia el desempleo aumentó y estos indicadores de informalidad y pobreza también. Lo que nos depara el futuro depende de las estrategias del Estado ojalá que tengan entendimiento social para sortear las dificultades, por ahora no hay acuerdo sobre el porcentaje de aumento del salario mínimo, empresarios sugieren un incremento del 2.7% la tasa de inflación seguramente terminará para el 2020 con un 1.8%, es decir lo que realmente sugieren los capitalistas es un aumento del 0.9%, las centrales obreras con mucha razón no están de acuerdo, toca esperar el aumento, como siempre, por decreto. Ojalá que el gobierno de turno aplique un elemental ejercicio económico, si hay más platica en los hogares el consumo aumenta, hay más bienestar, y esto beneficia a los productores no solamente porque sus ventas aumentan, también la productividad por trabajador, en razón a que van más estimulados a producir, este circuito económico también reduciría un poco la pobreza absoluta. Señor Presidente, en sus manos está, en parte, que esto se vea, evitando que mueran tantos niños por desnutrición y así no escuchar de ellos que tienen hambre, sino ¡Mama quiero más comida!
#DIARIOLALIBERTAD