Felicita Campos: la caminante de la dignidad

Por: Sandra Milena Salazar Frías
Colaboradora

Es un honor escribir sobre una mujer costeña, valiente, osada, echada pa´ lante como decimos acá en nuestra querida tierra caribe, una mujer en todo el sentido de la palabra “Revolucionaria”. Ella es Felicita Campos, nacida a finales del siglo XIX alrededor de 1890 en San Onofre.

En 1920 Felicita organizó a su comunidad para desafiar al terrateniente Enrique Prieto, se dice que después que Sucre se independizara de Bolívar, el gobierno quería pagar o subsidiar con tierras a los hijos de los españoles nacidos es América, es decir,  los criollos, que habían estado en favor del gobierno español.

Prieto encargado de la oficina de la provincia de Cartagena, se dio a la tarea de despojar de la tierra a los campesinos de San Onofre, lo que nunca pensó es que se encontraría de frente con una mujer que no le temería y defendería sus tierras.

En 1929 Felicita emprende una caminata hacia la ciudad de Bogotá, lo único que llevaba era la dignidad y el valor que guiaba su camino, se dirigía a la capital para hablar con el presidente de turno Miguel Abadía Méndez quien le confirió los títulos de las tierras de su comunidad. Pero como la práctica de la persecución  ha sido una característica de los gobiernos de estos tiempos, ella también sufrió grandes persecuciones, tanto que fue encarcelada alrededor de 30 veces y su casa fue quemada en múltiples ocasiones.

Es importante resaltar que éstas eran unas tierras productivas, en ellas  se sembraba arroz y otros productos agrícolas, por ello el interés de   personas adineradas que querían tomarlas   encerrándolas  con alambre  púa y las  hacían llamar  propiedad privada, que luego eran formalizadas por el Estado.

A los campesinos no les quedaba  otra opción que “matricularse” es decir firmar un contrato por medio del cual pasaban de ser dueños de la tierra a  simples peones, a recibir un salario por 10 horas de trabajo, siendo  víctimas de tortura por disposición del patrón si no cumplían con las labores impuestas.

En este contexto surge la lucha de Felicita Campos reconocida como una lideresa afrocolombiana, campesina, humilde, un verdadero hito que imparte en nosotras las mujeres el ánimo de seguir luchando por las transformaciones que necesitamos para vivir en un país justo y digno.

Lo más seguro es que Felicita Campos no supiera leer y escribir, porque era una época en que las mujeres estaban privadas de muchos de sus derechos, sin embargo, puede notarse que entendía claramente el conflicto de clase y el patriarcado que también se ejercía incluso desde los hombres de su propia familia  ya que su papá no estuvo de su parte, no era común ver una mujer organizando, peleando, marchando  y exigiendo derechos colectivos.

A felicita no la asesinaron sus enemigos, lamentablemente fue mordida por una culebra.

La tenencia de la tierra, sigue siendo hoy en Colombia un problema que no cesa, sigue siendo un conflicto social dónde los poderosos posan sus grandes ojos usureros para explotar nuestras riquezas sin importar los daños irreparables que van dejando a su paso al ambiente y a las vidas que van arrebatando por llenar su ambición.

Recordamos la Masacre de las bananeras, la bonanza marimbera, el negocio de la coca, hidroituango y las grandes multinacionales que llegan al país haciendo fiesta con nuestros recursos, mientras la desigualdad crece cada día en las ciudades colombianas y en los territorios rurales.

Colombia siempre ha tenido gobiernos que dirigen  para las clases altas del país, de esta manera los privilegios sobre la tierra los tienen las grandes multinacionales y los señores capitalistas que se esconden detrás de los rostros de sus testaferros.

De los tratados de libre comercio, sobre todo con Estados Unidos, nadie dice nada, a pesar de que el panorama es muy claro, es un panorama de miseria y explotación a nuestro pueblo campesino, dónde la tierra ya no es nuestra, dónde se tuvo que pelear por el derecho a la semilla y en dónde en un proyecto como Agro Ingreso Seguro  repartió los dineros  a los más adinerados  del país.

Es necesario seguir luchando como lo hizo felicita campos  por el derecho a la tierra, para que nuestras próximas generaciones tengan  derecho  a crecer, producir y velar por una soberanía alimentaria, para  reparar la deuda social, histórica y humana que existe  con nuestros campesinos.

#DIARIOLALIBERTAD