*La entrada a la palestra del hijo de Uribe también iría en el objetivo de ponerle una cara joven al radicalismo de derecha.
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Por: Diogenes Rosero Durango
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Hay una guerra sin cuartel en contra del denominado centro político. A los ya conocidos ataques del senador Petro y el senador Uribe: el primero calificándolo de asexuado, insípido y derechista; y el segundo como promotor de la izquierda y sin posiciones definidas. Se suma ahora parte de políticos del establecimiento como Armando Benedetti, quien acaba de adherir a la Colombia Humana, justamente, y según sus palabras, definiéndose contrario a la idea de “engañar bobos” del centro político.
A pesar de esta declarada camorra, que ya lleva varios años y que se profundizó en las pasadas elecciones, todos quieren cazar votos del centro. No de sus representantes. Quieren su electorado, obviamente, sin dejar de apelar a su visión: mejorar su posición, sin perder su base. Como lo menciona Moisés Wasserman en una reciente columna, “un daltonismo político” por conveniencia; en el fondo, todos quieren con el centro.
No de otra forma se explica el caluroso recibimiento de Petro a un político como Benedetti que siempre ha estado del lado del establecimiento -que no propiamente representa la izquierda-, el cual protegió y votó siempre hacia el statu quo. La gran némesis de Petro. ¿Con la entrada de Benedetti Petro busca los votos del centro?
Pero del otro lado no escampa y los movimientos para capturar al centro también se explican en el coqueteo del Centro Democrático por políticos regionales como Álex Char y Federico Gutiérrez. El primero, sin mayores posturas ideológicas, pragmático y que puede ser funcional. Y el segundo, con un fuerte talante autoritario, pero revestido de político moderno.
En la misma dirección, la entrada a la palestra del hijo de Uribe también iría en el objetivo de ponerle una cara joven al radicalismo de derecha, que no le ha ido bien en el poder y busca no asustar a los votantes centristas. Siguen botando fuego, pero con un empaque diferente. Una estrategia que ya tuvo éxito cuando la derecha en las pasadas elecciones presentó un candidato revestido de cambio, pero con la misma estructura reaccionaria. Aún recuerdo la tibia frase: “ni trizas, ni risas” que utilizó el entonces candidato -hoy presidente-, para condenar a la inanición al proceso de paz.
Al final quieren moler a los representantes de centro y atrapar su electorado que, según las últimas mediciones estadísticas, representa el 50 por ciento de los votantes. Un caudal de votos con el que no pueden llegar a la presidencia o ser exitosos en las elecciones legislativas.
Elecciones al Congreso que, como se demostró en la pasada elección, son super importantes, porque además mandan señales al electorado. El triunfo de Mockus, y con él, la importante bancada del Partido Verde, representó un fuerte impulso que catapultó a Fajardo casi hasta la segunda vuelta.
Es por ello que la movida de Benedetti -que además promete sumar otros aliados- cobra una importante relevancia que le podría dar a Petro un impulso electoral importante. Además, lo reviste de un halo de confluencia que lo podría acercar al electorado de centro.
La arquitectura electoral y la segunda vuelta presidencial le imponen a la política colombiana un elemento que viene empujándola hacia la confluencia política. Un término intermedio hacia un régimen parlamentario en donde hay que construir alianzas para no irse en blanco y en donde en las “primarias” (elecciones al Congreso y consultas) se define gran parte del resultado final de la elección.
Si el centro quiere sobrevivir en medio de la pugnacidad de su electorado, deberá trazar una importante estrategia de alianzas y atraer importantes sectores políticos. Además de hacer listas conjuntas al congreso, tendrá que jugársela a una consulta con candidaturas de otros sectores políticos para consolidar una fuerza electoral viable y construir, en segunda vuelta, un acuerdo de cara a un gobierno de unidad nacional.
Tal como ocurre en las democracias parlamentarias modernas, no hay otro camino.
#DIARIOLALIBERTAD